El 6 de julio de 1980 en Jamundí, Valle, el estudiante ENRIQUE FERNANDEZ fue asesinado por la policía en el sitio San Antonio. Un uniformado de nombre Oliverio disparó su arma de dotación contra dos ciudadanos que reñían por cuestiones domésticas. Uno de los contrincantes, según informes fragmentarios conocidos por este corresponsal, era el joven Fernández, ocasión que fue aprovechada por el agente para hacerle fuego directamente, desahogando así una vieja enemistad que había entre la víctima y el uniformado.
El crimen oficial fue justificado y disfrazado por los medios de comunicación burgueses diciendo que se había tratado de un enfrentamiento entre uniformados y elementos de las FARC, “en el cuel resultó muerto un antisocial”.
No contentos con esto, y aprovechando el juego que les hicieron los medios de comunicación, los integrantes de las fuerzas represivas desataron la persecución contra el campesinado de la región, deteniendo y torturando a numerosas personas, entre ellas Omar Fernández, Harold Medina, Silvio Zuluaga, Fredy Alegria y Antonio Riaño. Cuando dábamos cuerpo a esta información los detenidos se encontraban en el calabozo de Jamundí.