1-Ejército (V Brigada Batallón de Artillería de Defensa Aérea No. 2 Nueva Granada )
2-Ejército (V Brigada Batallón de Infantería No.41 General Rafael Reyes )
3-Paramilitares (Los Masetos )
Hechos
Víctimas en estos hechos:13 (Asesinadas: 13 - Desaparecidas: 0)
El 18 de enero de 1989 en Simacota, Santander, paramilitares del grupo Los Masetos, con el patrocinio de mandos del Ejército y la Armada Nacional, entre ellos, el Brigadier General Farouk Yanine Díaz, Comandante de la II División, asesinaron en el sitio La Laguna de la vereda La Rochela a los miembros de una comisión judicial que se desplazaban a la zona con el fin de recaudar una serie de pruebas dentro de varias investigaciones, por 25 casos en los que estaban involucrados los grupos paramilitares del Bajo Simacota y de Puerto Parra. Así mismo investigaban el asesinato de 19 comerciantes en Cimitarra, ordenado por el Brigadier General Farouk Yanine Díaz y en el que participaron miembros del Batallón Bárbula y paramilitares del grupo al mando de Henry de Jesús Pérez Durán.
Las víctimas fueron: YUL GERMÁN MONROY RAMÍREZ de 28 años, ORLANDO MORALES CÁRDENAS de 24 años, BENHUR IVÁN GUESCA CASTILLO de 24 años, LUIS ORLANDO HERNÁNDEZ MUÑOZ de 29 años, CÉSAR AUGUSTO MORALES CEPEDA de 25 años, GABRIEL ENRIQUE VESGA FONSECA de 25 años y DANIEL IVÁN MORALES BERNAL de 22 años, agentes investigadores; MARIELA MORALES CARO de 35 años y PABLO ANTONIO BELTRÁN PALOMINO de 40 años, Jueces; CARLOS FERNANDO ZAPATA CASTILLO de 20 años y VIRGILIO HERNÁNDEZ SERRANO, secretarios; ARNULFO MEJÍA DUARTE y SAMUEL VARGAS PÁEZ de 51 años, conductores (1)
Relata la fuente: "La comisión judicial llegó hacia las 8:00 a.m. a la vereda La Rochela. Tres miembros del Cuerpo Técnico de Policía Judicial se desplazaron de allí a la Vereda Pueblo Nuevo y cuando cruzaban el Río Opón fueron interceptados por un grupo de hombres fuertemente armados, que se identificaron como miembros del XXIII Frente de las FARC. Uno de ellos se identificó como el Comandante Ernesto, pero se trataba del paramilitar Julián Jaimes Rodríguez, que les prometió valiosa ayuda e importantes testimonios; los funcionarios creyeron en esas buenas intenciones y se devolvieron por los otros miembros de la comisión.
Cuando ya estaban todos reunidos, los falsos guerrilleros les solicitaron amablemente que les entregaran las armas que tenían y así lo hicieron. Luego llegaron los supuestos jefes de los guerrilleros, a bordo de una campero Nissan extralargo, “elegantemente vestidos, luciendo anillos, pulseras y relojes de oro y portando sombreros blancos con cintas de colores”. El grupo era comandando por el jefe paramilitar Alonso de Jesús Baquero Agudelo, que se identificó como el Comandante Vladimir, máximo líder del XXIII Frente de las FARC. Repentinamente, los falsos guerrilleros les dijeron a los miembros de la comisión que habían movimientos militares en la zona, que era mejor buscar un sitio más seguro para la importante conversación y les sugirieron que se dejaran amarrar, con el pretexto de que si había contacto con los militares, sólo tenían que decir que las FARC los tenían como rehenes, a lo cual también accedieron los funcionarios judiciales.
Luego los subieron a los dos camperos en que se movilizaba la comisión y tomaron la vía Panamericana hacia Barrancabermeja, donde alcanzaron a recorrer aproximadamente 5 kilómetros. Posteriormente se detuvieron y dispararon contra los quince miembros de la comisión; dos quedaron heridos, uno de ellos salió ileso al fingir estar muerto cuando un compañero le cayó encima y las otras doce personas murieron en el hecho. Antes de retirarse del lugar, los paramilitares escribieron con spray en los vehículos “FUERA EL MAS-FUERA LOS PARAMILITARES”. También se llevaron consigo trece de los quince expedientes que llevaba la comisión.
Antes de la masacre se habían llevado a cabo varias reuniones. Henry de Jesús Pérez Durán y el narcotraficante Gonzalo Rodríguez Gacha, habían conversado en una finca de éste a orillas del río Ermitaño. La reunión se llevó a cabo luego de que el Mayor Oscar de Jesús Echandía Sánchez llamara a Pérez Durán y le transmitiera un mensaje del político liberal Tiberio Villareal Ramos según el cual “a esa comisión había que desaparecerla”.
El 10 de enero de 1989, los jefes paramilitares Gonzalo Pérez, Henry de Jesús Pérez, Ramón Isaza y Alonso de Jesús Baquero Agudelo, se reunieron en la finca La Palmera de propiedad de Henry de Jesús Pérez, donde tomaron la decisión de acabar con los miembros de la comisión y quitarles los expedientes. En la reunión estaban los miembros de la Junta Directiva de ACDEGAM y del movimiento MORENA.
Para garantizar el éxito de la operación los paramilitares coordinaron la ejecución de la masacre con el Comandante del Batallón Nueva Granada, Coronel Rodrigo Rojas Guerra, el Teniente Luis Enrique Andrade Ortiz del Batallón Rafael Reyes, el Capitán Juan Carlos Álvarez de la Armada Nacional y el Mayor Comandante de la Policía de Barrancabermeja; ellos se reunieron con los paramilitares Alonso de Jesús Baquero Agudelo y Jorge Iván Galvis Brochero, finiquitando su plan.
Esa reunión se llevó a cabo, al parecer, en el club San Silvestre, donde llegaron los oficiales a bordo de un carro azul de ECOPETROL. A los miembros de la Policía de la Inspección de Policía El Centro de Barrancabermeja, les pagaron para que no escoltaran a los miembros de la comisión judicial.
En la perpetración del crimen participaron aproximadamente 20 paramilitares, entre ellos: Alonso de Jesús Baquero Agudelo, Julián Jaimes Rodríguez, Jairo Iván Galvis Brochero, Héctor Jaimes Rodríguez, Jesús Emilio Jácome Vergara, Ricardo Antonio Ríos Avendaño, Germán García Martínez, José Alirio Ulloa Triana, Otoniel Ríos Palacios, Ancízar Castaño Buitrago, Efraín Bravo, Guillermo Isidro Carreño Estévez, Norberto de Jesús Sierra Martínez, Gonzalo Armenta, Rafael Cataño Hernández, Luis Alberto Arrieta Morales, José Alberto Parra y los alias Veintiocho, Pechuga y Paliza.
Otros militares que, al parecer, fueron vistos el día de los hechos con algunos de los paramilitares que ejecutaron la masacre, fueron el Capitán Oscar Robayo Valencia del Batallón Rafael Reyes y el Sargento Otoniel Hernández, Comandante de la Base Militar de Las Montoyas. La munición utilizada fue entregada por el Ejército. El pago a Alonso de Jesús Vaquero lo envió personalmente el Mayor General Farouk Yanine Díaz, suma que ascendía a los 200 millones de pesos.
Posteriormente fueron asesinados algunos de los testigos de la masacres. Así ocurrió el 8 de marzo con el campesino LUIS MARIA SANABRIA, quien había rendido indagatoria ante el Departamento Administrativo de Seguridad (DAS); y con el campesino BLAS ANTONIO BARON PINILLA, quien fue asesinado por un grupo de 7 sujetos armados con fusiles R-15 que lo sacaron de su casa, lo ataron a un árbol y le dispararon" (2).
Fuentes:
1-CIDH Corte Interamericana de Derechos Humanos – Caso de la Masacre La Rochela Vs. Colombia – Sentencia de 11 de Mayo de 2007
2-PROYECTO COLOMBIA NUNCA MAS – INFORME ZONA V - MODELOS DE REPRESIÓN EN LA ZONA QUINTA - TERCER MODELO DE REPRESIÓN: Reacción contra la participación política y la movilización popular, 1986-1990