FALSOS POSITIVOS DE SOACHA 2008
Hechos
Víctimas en estos hechos:16 (Asesinadas: 16 - Desaparecidas: )
Los hechos conocidos como los “falsos positivos” de Soacha hacen referencia a la privación de manera injusta de la libertad de dieciséis jóvenes, su traslado a un lugar apartado, seguido del ocultamiento del paradero de las víctimas y su posterior ejecución extrajudicial en el municipio de Ocaña (Norte de Santander), que utilizaron reclutadores para el cobro de incentivos económicos, hechos que acontecieron de manera secuencial y sistemática en un corto periodo de tiempo y que obedecen a patrones de realización comunes. La fecha de comisión de este crimen se circunscribe a los meses de enero, febrero y marzo del año 2008, fecha en que se inició el acontecer delictivo. Las víctimas son jóvenes pobladores de barrios marginados del municipio de Soacha, y sus identidades corresponden a:
JULIO CÉSAR MESA VARGAS, JHONATAN ORLANDO SOTO BERMÚDEZ, DANIEL ANDRÉS PESCA OLAYA, EDUARDO GARZÓN PÁEZ, DIEGO ALBERTO TAMAYO GARCERA, VÍCTOR FERNANDO GÓMEZ ROMERO, JÁDER ANDRÉS PALACIO BUSTAMANTE, FAIR LEONARDO PORRAS BERNAL, ELKIN GUSTAVO VERANO HERNÁNDEZ, JULIÁN OVIEDO MONROY, JOAQUÍN CASTRO VÁSQUEZ, MARIO ALEXANDER ARENAS GARZÓN, JAIME STEVEN VALENCIA, DANIEL ALEXANDER MARTÍNEZ, DIEGO ARMANDO MARÍN GIRALDO, JAIME CASTILLO PEÑA.
Los perpetradores de estos aberrantes crímenes hacen parte activa de las Fuerzas Armadas colombianas, autoridad que constitucionalmente tiene a su cargo la protección de las y los ciudadanos del país, sin distinción de sexo, raza, condición socioeconómica, entre otras. Se identifica como presuntos autores de las desapariciones y ejecuciones extrajudiciales de los jóvenes de Soacha a personal adscrito al Batallón de Infantería No. 15, General Francisco de Paula Santander de la Trigésima Brigada, y al Batallón de Infantería No. 41, General Rafael Reyes del municipio de Cimitarra de la Quinta Brigada, adscritos a la Segunda División del Ejército Nacional. La gravedad de los hechos, como lo señala la Fiscalía 66 Especializada de la Unidad Nacional de Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario, radica en que quien ejecuta la acción delictiva es un agente estatal y, en consecuencia, se está en presencia de una gravísima violación de los derechos humanos: “[…] en lo que el derecho internacional de los derechos humanos conoce como ejecución extrajudicial, supremamente grave conducta, en atención al hecho que las personas indiciadas en esta ejecución extrajudicial sean representantes del Estado, lo hace una gravísima violación de los derechos humanos” (Fuente: SOACHA: LA PUNTA DEL ICEBERG. FALSOS POSITIVOS E IMPUNIDAD – FEDES Fundación para la Educación y el Desarrollo)
Según el reporte de Medicina Legal, en el municipio de Ocaña, estas fueron las fechas de ingreso de los cuerpos a sus instalaciones:
Fair Leonardo Porras, de 26 años, el 12 de enero de 2008. Había desaparecido el 8 de enero. Elkin Verano Hernández, de 25 años. Desapareció el 13 de enero e ingresó dos días después al instituto, al igual que su amigo Joaquín Castro Vásquez, de 28. Julio César Meza Vargas, de 24 años. Su cuerpo fue recibido el 28 de enero y dos días antes no se había vuelto a saber de él. También el 28 había ingresado el cadáver del Jonathan Soto, de 17 años, quien había desaparecido un día antes. Igual suerte corrió Daniel Pesca Olaya, de 27, quien fue llevado a Medicina Legal el 5 de marzo, pero había desaparecido el 26 de febrero. Julián Oviedo Monroy, de 19 años, ingresó el 3 de marzo, tras 24 horas de no saberse de él. Lo mismo ocurrió con Eduardo Garzón Páez, de 32, desaparecido el 4 de marzo y hallado muerto al otro día; Diego Alberto Tamayo, de 25 años, quien se extravió el 18 de agosto y llegó a Medicina Legal el 25 de agosto, al igual que Víctor Gómez Romero, de 23 años, quien había desaparecido dos días antes. Lo mismo pasó con Andrés Palacio Bustamante, de 22 años'' (Fuente: DE SOACHA A LA MUERTE - elespectador.com, 24 Sep 2008).
Las víctimas:
MARIO ALEXANDER ARENAS GARZÓN
El 2 de enero de 2008 en Soacha, Cundinamarca, MARIO ALEXANDER ARENAS GARZÓN compartió con sus familiares aproximadamente hasta las 2:30 p.m., de donde salió con destino al Barrio Quirigua de Bogotá para encontrarse con su señora madre; esa fue la última vez que sus familiares lo vieron con vida.
El 21 de agosto de 2008, el señor JORGE ARENAS (hermano de la víctima), quien reside en Yopal Casanare, se comunicó con su hermana CECILIA ARENAS para informarle que ese día una tía de ellos que vive en Chiquinquirá había escuchado por la emisora Furatena que se requería a los familiares de MARIO ALEXANDER ARENAS GARZÓN para que se acercaran a Medicina Legal de Bucaramanga para reconocer el cuerpo.
El 24 de agosto de 2008 la señora CECILIA GARZON, madre de MARIO ALEXANDER, viajó a Bucaramanga; fue remitida al Juzgado de Instrucción Penal Militar, despacho donde no le dieron ninguna información sobre su hijo, remitiéndola nuevamente a Medicina legal donde simplemente les entregaron una hoja con los datos de MARIO ALEXANDER, sin que se le permitiera en esa oportunidad reconocer el cuerpo de su hijo. Por ello nuevamente se tuvo que regresar para la ciudad de Bogotá.
Teniendo en cuenta lo anterior, los primeros días de septiembre de 2008, los familiares de MARIO ALEXANDER radicaron una carta en la Defensoría del Pueblo, en la que solicitaban ayuda para que les pudiera ser entregado y trasladado para Bogotá el cuerpo de su familiar.
El 17 de diciembre de 2008 en Bucaramanga fue exhumado el cadáver de MARIO ALEXANDER y entregado a sus familiares, quienes con apoyo de la secretaria de Gobierno de Bogotá lo pudieron trasladar, diligencia que estuvo a cargo del Juez 33 de Instrucción Penal Militar (E) de Bucaramanga.
Fueron miembros del Ejército Nacional, pertenecientes al Batallón de Servicios y Apoyo para el Combate No. 5 Mercedes Ábrego, que opera en Santander, quienes reportaron al ciudadano MARIO ALEXANDER ARENAS GARZÓN como un guerrillero dado de baja en combate (CINEP CENTRO DE INVESTIGACIÓN Y EDUCACIÓN POPULAR Y PPP PROGRAMA POR LA PAZ Colombia, Deuda con la Humanidad 2 – 23 Años de Falsos Positivos (1988-2011).
FAÍR LEONARDO PORRAS BERNAL
El 8 de enero de 2008 en Soacha, Cundinamarca, FAÍR LEONARDO PORRAS BERNAL fue reportado como desaparecido; el día 12 del mismo mes, su cuerpo sin vida fue ingresado a Medicina Legal. El cadáver fue hallado en una fosa común en el cementerio del municipio de Ábrego (Norte de Santander). La víctima hace parte del grupo de once personas desaparecidas y posteriormente presentadas como paramilitares dados de baja en combate, por tropas pertenecientes a la Brigada Móvil 15 adscrita a la División 2 del Ejército Nacional, con sede en el departamento de Norte de Santander. Según la fuente: “(…) Las propias Fuerzas Militares informaron a los medios de comunicación que “La Comisión encontró fallas de dos tipos en varias de las unidades militares investigadas. Lo primero, que las operaciones militares se estaban llevando a cabo con exceso de informalidad y sin cumplir los requisitos de control y manejo. Cada operación que realiza el Ejército debe estar debidamente sustentada por antecedentes de inteligencia y planes operativos. Y de todo ello deben llevarse récords (…)”. (CINEP CENTRO DE INVESTIGACIÓN Y EDUCACIÓN POPULAR Y PPP PROGRAMA POR LA PAZ Colombia, Deuda con la Humanidad 2 – 23 Años de Falsos Positivos (1988-2011).
ELKIN GUSTAVO VERANO HERNÁNDEZ y JOAQUÍN CASTRO VÁSQUEZ
El 13 de enero de 2008 en Soacha, Cundinamarca, fueron desaparecidos ELKIN GUSTAVO VERANO HERNÁNDEZ y JOAQUÍN CASTRO VÁSQUEZ, posteriormente tropas de la Brigada Móvil No. 15 adscrita a la División 2 del Ejército Nacional, los presentaron como “paramilitares dados de baja en combate” el 15 de enero en el municipio de Ocaña (Norte de Santander).
Según información de prensa «Los militares involucrados, al parecer, grababan al final del supuesto combate los cuerpos en el piso y entregaban el material al CTI de la Fiscalía, que no hacía el procedimiento del levantamiento de los cadáveres, sino que tomaba como prueba los vídeos. Según se ha podido establecer, los reclutados tenían un perfil similar de jóvenes de hogares muy pobres, y algunos de ellos consumidores o vendedores de droga».
Según la fuente: «A los jóvenes desaparecidos y asesinados, personas desconocidas les habían ofrecido trabajo con muy buena remuneración económica. Les prometían 10 millones de pesos cuando llegaran a un lugar en la Costa y luego de tres meses podrían volver a sus hogares con una suma de dinero no anunciada. Les ofrecen trabajo como raspachines (recolectores de hoja de coca) y en lo que tiene que ver con recolección de droga». «Hemos recibido varias denuncias de las familias por falsos trabajos que se les ofrecen a los jóvenes”, dijo Lenín Figueroa Chacín, alcalde de la localidad de Ciudad Bolívar, donde fueron reportadas la mayoría de las desapariciones. En total fueron hallados 11 cadáveres en una fosa común; todos reportados como desaparecidos en Soacha y Bogotá (CINEP Banco de Datos de Derechos Humanos y Violencia Política – Noche y Niebla 38 Casos Julio/Diciembre 2008 (Actualizaciones).
JULIO CESAR MESA VARGAS
El 26 de enero de 2008 en Soacha, Cundinamarca, tropas del Ejército Nacional adscritas a la Brigada Móvil 15, desaparecieron y posteriormente ejecutaron a JULIO CESAR MESA VARGAS, joven de 24 años de edad, a quien presentaron como paramilitar muerto en combate.
Según la denuncia Julio César, desapareció «El 26 de enero de 2008 y su cuerpo fue encontrado en una fosa común en la vereda Las Liscas, municipio de Ocaña (Norte de Santander), el día 27 de agosto de 2008». Julio, forma parte de de más de 11 jóvenes que fueron desaparecidos en Soacha y de la Localidad de Ciudad Bolívar en Bogotá y cuyos cadáveres fueron hallados en Ocaña. Casi todos eran desempleados o trabajaban en oficios como construcción y mecánica.
Agrega la denuncia que el comandante de la Brigada 30 del Ejército, general Paulino Coronado: «Fue enfático al afirmar que en este caso quedó evidente que muchas personas se dejan llevar por las tentaciones y la plata fácil (...) estos hombres llegaron a la zona y luego de enfrentarse al Ejército murieron (...) Aquí no estamos ante unos falsos positivos, estamos frente a personas que se enfrentan al Ejército». Por su parte la mamá de una de las víctimas manifestó que su hijo «partió de Soacha con la promesa de desconocidos de recibir diez millones de pesos. Mi hijo dijo: me voy a ir a ganarme esa plata y v engo y le compro una casa a mi mamá”. Otra madre expresó «que no cree que su hijo haya fallecido en combates con el Ejército. No me cabe en la cabeza, en pocas horas no pudieron formar un grupo armado». Por su parte un tío de una de las víctimas aseguró que su sobrino “en ningún momento perteneció ni a la guerrilla, ni a ningún grupo emergente”. Clara López, secretaria de gobierno de Bogotá, dijo que los jóvenes no habrían sido víctimas de reclutamiento sino de «desaparición forzada con fines de homicidio. Tres de los muchachos desaparecen un día y aparecen al día siguiente en Medicina Legal, muertos en combate. Cuatro de ellos, solamente dos días después (...). Fueron retenidos en la capital colombiana y máximo dos días después ya estaban en combate, armados, organizados, en un enfrentamiento, en fechas distintas».
Complementa la denuncia diciendo que: «Curiosamente, a principios de este año el sargento Alexánder Rodríguez, adscrito a la Brigada Móvil XV que opera en Ocaña, había denunciado ante la Fiscalía, la Procuraduría y ante sus superiores del Ejército, que en su batallón les daban cinco días de descanso a los soldados que obtuvieran ‘bajas’ en combate, y denunció que fue testigo de cómo se cometieron homicidios de civiles para luego presentarlos como guerrilleros. El sargento fue expulsado de las Fuerzas Militares aunque sus denuncias están en proceso de investigación». Ante el hecho el gobierno en conjunto con el Ministerio de Defensa decidió crear una comisión con el fin de investigar al interior del Ejército lo sucedido, llegando a destituir a 25 militares, entre ellos el mayor general Roberto Pico Hernández, comandante de la División 7 y los brigadieres generales José Joaquín Cortés Franco, comandante de la División 2, con jurisdicción en varios departamentos, entre ellos Norte de Santander y Paulino Coronado, comandante de la Brigada 30, con jurisdicción en varios municipios de Norte de Santander, entre ellos Ocaña (CINEP Banco de Datos de Derechos Humanos y Violencia Política – Noche y Niebla 38 Casos Julio/Diciembre 2008 (Actualizaciones).
JONATHAN ORLANDO SOTO BERMUDEZ
El 26 de enero de 2008 en Soacha, Cundinamarca, tropas del Ejército Nacional adscritas a la Brigada Móvil No. 15, desaparecieron y posteriormente ejecutaron a un joven de 17 años de edad. Según la denuncia JONATHAN ORLANDO SOTO BERMUDEZ, desapareció «El 26 de enero y su cuerpo fue encontrado en una fosa común en el municipio de Ocaña (Norte de Santander), en la vereda Liscas el día 27 de enero». Este hecho hace parte del caso conocido como «los falsos positivos de Soacha» (CINEP Banco de Datos de Derechos Humanos y Violencia Política – Noche y Niebla 38 Casos Julio/Diciembre 2008 (Actualizaciones).
JAIME ESTIBEN VALENCIA SANABRIA
El 6 de febrero de 2008 en Soacha, Cundinamarca, tropas pertenecientes a la Brigada Móvil 15, del Ejército Nacional, desaparecieron y posteriormente ejecutaron al joven estudiante JAIME ESTIBEN VALENCIA SANABRIA de 16 años de edad. De acuerdo a la fuente: “El día 06 de febrero de 2008 la señora MARIA UBILERMA SANABRIA, madre de la víctima salió de la casa a las 9 de la mañana a trabajar; ese día JAIME ESTIBEN se quedó en la casa durmiendo, aproximadamente a las 11:30 de la mañana el salió para comprar lo del almuerzo y le dijo a una de sus hermanas que ya regresaba, esa fue la última vez que se le vio con vida. Durante todo el 6 y 7 de febrero de 2008, al ver que el menor JAIME ESTIBEN VALENCIA no regresaba la señora MARIA UBILERMA, madre de la víctima, hizo múltiples intentos por comunicarse con él marcándole al celular pero todas las llamadas se iban a c orreo de voz; e l 7 de febrero la señora MARIA fue a la estación de policía de SOACHA Compartir, para averiguar por el paradero de su hijo, sin embargo allí le manifestaron que no tenían ningún dato sobre él. El 8 de febrero de 2008, la señora MARIA UBILERMA se dirigió a la Fiscalía de SOACHA, para colocar la denuncia; sin embargo allí no le pusieron atención argumentando que era un muchacho joven que debía estar enrumbado o con la novia y en consecuencia se negaron a recibir la denuncia. El 8 de febrero a las 2:30 p.m. aproximadamente JAIME ESTIBEN VALENCIA SANABRIA llamó a su casa, habló con una de sus hermanas, a quien le dijo que estaba en Ocaña. (El registro de defunción de JAIME ESTIBEN VALENCIA SANABRIA, certifica que él falleció el 08 de febrero de 2008 a las 3:00 a.m., 4 meses después aproximadamente de la desaparición del menor JAIME ESTIBEN VALENCIA, y luego de haber realizado una intensa búsqueda incluso en otras ciudades, la señora MARIA UBILERMA SANABRIA decidió ir a Medicina Legal, allí dejó todos los datos y descripción física de JAIME ESTIBEN. En el mes de septiembre de 2008 los familiares de JAIME ESTIBEN VALENCIA se enteraron por los medios de comunicación que varios de los jóvenes que habían desaparecido del municipio de SOACHA habían sido encontrados en fosas comunes en el municipio de Ocaña, Norte de Santander; fue así como JULIETH VALENCIA SANABRIA, una de las hermanas de la víctima, se dirigió a Medicina Legal con el objeto de averiguar si dentro de las víctimas se encontraba su hermano JAIME ESTIBEN VALENCIA; en Medicina Legal le pusieron de presente una foto en la cual pudo reconocer que una de las víctimas era su hermano. El 29 de octubre de 2008 la señora MARIA UBILERMA, madre de la victima, viajó a Ocaña para reclamar el cuerpo de su hijo, el cual le fue entregado por Medicina Legal. El 2 de noviembre de 2008 fue enterrado en la bóveda 4112 del cementerio central el cuerpo del menor JAIME ESTIBEN VALENCIA SANABRIA. Fueron miembros del Batallón de Infantería No. 15 General Francisco de Paula Santander, que operaban en el municipio de Ocaña-Norte de Santander-, quienes reportaron al menor JAIME ESTIBEN VALENCIA SANABRIA como un guerrillero dado de baja en combate (CINEP CENTRO DE INVESTIGACIÓN Y EDUCACIÓN POPULAR Y PPP PROGRAMA POR LA PAZ Colombia, Deuda con la Humanidad 2 – 23 Años de Falsos Positivos (1988-2011)
DANIEL ALEXANDER MARTÍNEZ
El 6 de febrero de 2008 en Soacha, Cundinamarca, desaparece DANIEL ALEXANDER MARTÍNEZ, un joven de 22 años de edad, quien aún se encontraba en estado de convalecencia, producto de las puñaladas que había recibido 8 días antes (a causa de un atraco del que fue víctima). Le había manifestado a algunos de sus familiares que tenía que viajar por razones de trabajo. El 08 de febrero de 2009, aproximadamente a la 1:30 p.m., DANIEL ALEXANDER se comunicó con su compañera permanente y le dijo que estaba bien, que no se preocupara que al día siguiente él regresaría. Tres días después aproximadamente de su partida, teniendo en cuenta que no se había vuelto a comunicar con sus familiares, situación que se hacía mucho más preocupante ya que nadie sabía su paradero exacto, algunos de sus familiares decidieron ir a la Fiscalía para interponer la correspondiente denuncia; sin embargo allí nos les quisieron recibir la denuncia, ya que los funcionarios les manifestaron que primero debían ir a buscarlos en otros lados, pues “ esos viciosos debían e star por ahí”; i gualmente pusieron en conocimiento de la Personería de Soacha lo sucedido. La compañera permanente de DANIEL ALEXANDER también inicio la búsqueda de su compañero en la UPJ del centro, CAI De Bosa y Cárcel Modelo de Bogotá, sin que en ninguno de estos lugares le dieran razón sobre el paradero de su compañero. En el mes de septiembre de 2008, la compañera permanente de la víctima, tras casi 7 meses de angustia y preocupación por desconocer el paradero de su compañero, se dirigió nuevamente a la Fiscalía de Soacha para presentar denuncia por desaparición; en esa oportunidad los funcionarios le solicitaron que allegara una foto y le informaron que habían varios casos similares de denuncias por desaparición. El 1° de octubre de 2008, un funcionario del CTI se comunicó con la señora ASTRID MARTINEZ, hermana de DANIEL ALEXANDER, y le solicitó que se acercara a Medicina Legal para identificar algunas fotos y verificar si su hermano se encontraba dentro de algunas de las víctimas que se encontraban en Medicina Legal. En efecto, el cuerpo de DANIEL ALEXANDER fue reconocido por sus familiares. El 4 de octubre de 2008, el cuerpo de DANIEL ALEXANDER fue trasladado a Bogotá por sus familiares y enterrado en el cementerio de Bosa. Fueron miembros del Batallón de Infantería No. 15 General Francisco de Paula Santander, que operaban en el municipio de Ocaña, quienes reportaron al ciudadano DANIEL ALEXANDER MARTINEZ como un guerrillero dado de baja en combate (CINEP CENTRO DE INVESTIGACIÓN Y EDUCACIÓN POPULAR Y PPP PROGRAMA POR LA PAZ Colombia, Deuda con la Humanidad 2 – 23 Años de Falsos Positivos (1988-2011)
DIEGO ARMANDO MARÍN GIRALDO
El 6 de febrero de 2008 en Soacha, Cundinamarca, tropas pertenecientes a la Brigada Móvil 15 del Ejército Nacional, desaparecieron y posteriormente ejecutaron a DIEGO ARMANDO MARÍN GIRALDO de 25 años de edad. De acuerdo a la fuente: “(…) lo presentaron como paramilitar muerto en combate. (…) su cadáver fue hallado el día 8 de febrero de 2008, en el municipio de Ocaña (Norte de Santander). Diego Armando, forma parte de los más de 11 jóvenes que fueron desaparecidos en Soacha y de la Localidad de Ciudad Bolívar en Bogotá (…)” (CINEP CENTRO DE INVESTIGACIÓN Y EDUCACIÓN POPULAR Y PPP PROGRAMA POR LA PAZ Colombia, Deuda con la Humanidad 2 – 23 Años de Falsos Positivos (1988-2011).
DANIEL ANDRÉS PESCA OLAYA y EDUARDO GARZÓN PÁEZ
Daniel Andrés Pesca Olaya
Eduardo Garzón Páez
DANIEL ANDRÉS PESCA OLAYA tenía 27 años de edad y laboraba manejando un vehículo taxi
EDUARDO GARZÓN PÁEZ había salido de su casa en el barrio Milenta de Bogotá a las 8:30 del 4 de marzo/08 y al día siguiente a las 14:45 fue reportado en Cimitarra como muerto en combate y vestiendo camuflado. Su cuerpo presentaba señales de tortura.
Relata la fuente: "El 5 de marzo de 2008, en el marco de la denominada Misión Táctica Marfil dispuesta mediante una orden de operaciones, miembros de las Fuerzas Militares del Batallón de Infantería No. 41 Rafael Reyes de Cimitarra (Santander) reportaron como muertos en combate a dos N.N., señalados de pertenecer a bandas criminales que pretendían realizar un secuestro en la zona portando armas de corto alcance y una granada de mano.
Tiempo después se estableció que las víctimas eran Daniel Andrés Pesca Olaya y Eduardo Garzón Páez, quienes residían en Bogotá, y el día anterior a su muerte salieron de allí con destino a Cimitarra, sin que sus familiares hubieran vuelto a saber de su paradero hasta el 28 de agosto de 2008 cuando identificaron sus cadáveres.
A través del Acta 014 del 12 de marzo de 2008 se acreditó que la Sección Segunda de Inteligencia del referido Batallón pagó al informante Wilson Pedraza González $1.500.000.oo por suministrar los datos que dieron lugar a la Misión Táctica Marfil, pero luego fue establecido que éste no entregó información alguna ni recibió el dinero.
Por los hechos anteriores fueron vinculados y condenados en las instancias varios miembros del referido Batallón del Ejército, entre ellos los recurrentes en casación, coronel WILSON JAVIER CASTRO PINTO y teniente EDUARD ANTONIO VILLANI REALPE (Fuente: CORTE SUPREMA DE JUSTICIA SALA DE CASACIÓN PENAL - CASACIÓN 40733 WILSON JAVIER CASTRO PINTO y EDUARD ANTONIO VILLANI REALPE, 19 marzo de 2014)
JULIÁN OVIEDO MONROY
El 2 de marzo de 2008 en Soacha, Cundinamarca, tropas del Ejército Nacional adscritas a la Brigada Móvil No. 15, desaparecieron a JULIÁN OVIEDO MONROY y su cuerpo fue hallado el día 3 de marzo, en una fosa común ubicada en la vereda Las Liscas municipio de Ocaña (Norte de Santander), «legalizado como paramilitar dado de baja en combate». La víctima hace parte de un grupo de once pobladores de Soacha hallados en una fosa común en el municipio de Ocaña (Norte de Santander). Precisa la denuncia: «...La muerte de los jóvenes se da en 6 eventos que comprometen cuatro unidades: Batallón Francisco de Paula Santander, Batallón Reyes, Plan Meteoro y Brigada Móvil 15. Si era un plan sistemático, como se ha dicho, se requiere que todos los eventos y hombres que participaron estuvieran coordinados. No sería un pequeño y aislado grupo de soldados, pues involucra dos brigadas y, por tanto, al Estado Mayor de la II División. ¡Absurdo! Con certeza se descubriría. Es difícil pensar que una operación criminal de esta magnitud se hiciera con centenares de implicados, en momentos en que el gobierno, la ONU, organismos de control y las ONGs mantienen rigurosa vigilancia....» (CINEP Banco de Datos de Derechos Humanos y Violencia Política – Noche y Niebla 38 Casos Julio/Diciembre 2008 (Actualizaciones).
El 25 de julio de 2009 a las 9:30 de la noche, dos hombres montados en una motocicleta y vestidos con trajes de faena del ejército dieron el alto a la hija de 15 años de Blanca Nubia Monroy y a su hijo de 17. Los registraron violentamente y les preguntaron qué hacían a esas horas en la calle y dónde vivían. Aunque los hijos de Blanca Nubia Monroy se encontraban en compañía de otros adolescentes, sólo los registraron a ellos (EN BUSCA DE JUSTICIA: LA MADRES DE SOACHA - AMNISTIA INTERNACIONAL 23/02/2010).
DIEGO ALBERTO TAMAYO BECERRA
El 23 de agosto 2008 en Soacha, el joven de 26 años Diego Alberto Tamayo Garcerá se levantó muy temprano para salir a buscar trabajo. Su mamá lo esperó todo el día y aún lo espera… Diego nunca regresó. El 25 de agosto fue asesinado por tropas de la Brigada Móvil 15 en Ocaña, Norte de Santander y presentado como guerrillero muerto en combate
VÍCTOR GÓMEZ BARRERO (ROMERO)
El 23 de agosto de 2008 en Soacha, Cundinamarca, el joven VÍCTOR GÓMEZ BARRERO (ROMERO), de 22 años de edad, fue reportado como desaparecido y su cadáver fue hallado en una fosa común en el municipio de Ocaña (Norte de Santander) el 25 del mismo mes. Las víctima había sido «legalizada como paramilitar dado de baja en combate» a manos de la Brigada Móvil 15 adscrita a la División 2 del Ejército Nacional.
Relata la fuente: “Tropas del Ejército Nacional ejecutaron a Víctor Fernando, a quien presentaron como guerrillero muerto en combate en el municipio de Ocaña (Norte de Santander). Según la fuente, Víctor quien había estudiado hasta octavo de bachillerato, fue visto por última vez el día 23 de agosto por la noche, en el barrio Ducales, su mamá, Carmenza, manifestó que: ''Después de lavar carros todo el día, llegó desilusionado a la casa diciendo: Mamita, me fue mal. Sólo completé los $12.000 del gas. Fue la última vez que lo vio vivo''. Su hermano John, quien fue el último en despedirlo dijo que ''se fue con unos manes para un trabajo en la Costa''.
Agrega la fuente que: ''El 1º de septiembre entró una llamada a la casa de John en el barrio Los Ducales, que contestó él mismo porque estaba convaleciente de un golpe en la columna. De sopetón oyó la mala nueva: Al parecer mataron a su hermano cerca del municipio de Ocaña. Y le pidieron acudir a Medicina Legal para ratificarlo. El problema era cómo decírselo a su madre, que también por esos días se reponía de una delicada cirugía. Lo hicieron entre todos los hijos y Carmenza se les desplomó en el hospital de La Samaritana. Cuando recobró el vigor, cumplieron la dolorosa cita de constatar a través de una imagen por internet que Víctor estaba muerto.
La fotografía mostraba su torso desnudo y la señal de una herida causada por arma de fuego entre sus cejas. Asida a una débil esperanza, Carmenza y sus hijos partieron rumbo a Ocaña. En cada recodo del tortuoso viaje, cada quien rememoraba en silencio a Víctor y su inconfundible sonrisa a flor de labios. Llegaron directamente a la morgue del pueblo y, después de un rápido consenso para impedir que Carmenza entrara a ese lóbrego escenario de los despojos insepultos, su hijo John se aventuró primero y ratificó la desgracia. Luego recibieron oficialmente el escueto argumento del fatal desenlace: supuestamente el Ejército lo había dado de baja en combates con la guerrilla en Norte de Santander.
Carmenza nunca lo creyó, no sólo por la imposibilidad física de que Víctor se hubiese enrolado en la guerrilla, sino porque su corazón de madre le advertía que no tenía alma de rebelde. Destrozada por la tristeza y la confusión, el 5 de septiembre, en el Cementerio de Chapinero en Bogotá, llevó a su sexto hijo hasta su última morada. Sólo una semana después, cuando otras madres de Soacha sufrieron el mismo dolor y escucharon la insólita explicación, entendieron que eran víctimas de una mano negra medrando en sus calles, que después cobró forma en el escándalo que estremeció a la sociedad colombiana: fueron falsos positivos del Ejército''.
Complementa la fuente diciendo que Carmenza, quien es la voz representativa de las madres de Soacha, víctimas de los falsos positivos, manifestó que ella seguirá denunciando los mismos ''lo voy a seguir haciendo hasta que me muera. Ya llamaron a amenazar a una de mis hijas, y le dijeron que sabían la dirección de mi casa. No quiero más muertos en mi familia, pero tampoco voy ceder. Las muchachas me dicen que me vaya de Soacha, pero no veo por qué debo hacerlo (...) Ni perdón ni olvido, y vuelve a su mutismo. Dos abogados que la asesoran le comentaron que van a convocarla a una conciliación en las Fuerzas Militares para evitar un largo proceso contra el Estado por lo sucedido con su hijo Víctor. Él no tiene precio -les dijo-, ¿acaso les vendí un caballo? Yo sólo espero que la justicia haga lo suyo y que algún día el presidente Uribe me de la cara para aclararme por qué se atrevió a decir, antes de que se comprobaran los falsos positivos, que se trataba de delincuentes que habían ido a delinquir a Ocaña. Después se retractó, lo mismo que el ministro Juan Manuel Santos, pero que nos digan por qué les suceden estas cosas a las familias trabajadoras y pobres'' (CINEP Banco de Datos de Derechos Humanos y Violencia Política – Noche y Niebla 39 Casos Enero/Junio 2009 (Actualizaciones).
JADER ANDRÉS PALACIO BUSTAMANTE
El 23 de agosto de 2008 en Soacha, Cundinamarca, el joven JADER ANDRÉS PALACIO BUSTAMANTE, de 23 años de edad, fue reportado como desaparecido y su cadáver fue hallado en una fosa común en el municipio de Ocaña (Norte de Santander) el 25 del mismo mes. Las víctima había sido «legalizada como paramilitar dado de baja en combate» a manos de la Brigada Móvil 15 adscrita a la División 2 del Ejército Nacional (CINEP Banco de Datos de Derechos Humanos y Violencia Política – Noche y Niebla 38 Casos Julio/Diciembre 2008).
JAIME CASTILLO PEÑA
Jaime Castillo Peña tenía 42 años y desde que su madre murió, hace 20 años, era adicto a las drogas. La vida en la calle lo volvió flaco y más moreno, pero nunca lo convirtió en un hombre agresivo, según cuentan algunos vecinos que lo conocían bien en su barrio, Los Álamos, al occidente de Bogotá.
Era el sexto de siete hermanos que vivían en los barrios Álamos y el 20 de julio, donde a veces se quedaba a dormir. Algunas noches se le hacía tarde en la calle y se quedaba en un parque. Y aunque no tenía celular, siempre se reportaba con Mauricio y Gloria, dos de sus hermanos más cercanos. No tenía empleo, esposa, novia, hijos, ni amigos. Se mantenía limpio, bien peluqueado y con buena ropa, aunque se la pasara lavando vidrios a los carros. Pero nunca tuvo problemas de violencia, cuenta su hermana Jakeline. Sólo una vez salió de Bogotá, cuando por 10 meses estuvo en la Fundación La Luz de Medellín, en un proceso de rehabilitación en 1998.
El 10 de agosto su familia lo vio por última vez. Los hermanos Castillo Peña han hecho un esfuerzo por recordar cómo fueron esos últimos días de Jaime. El viernes 8 de agosto, a eso de las 3 de la tarde, uno de los hijos de Jakeline recibió una llamada a su casa.
- "Te llamaron de la Policía, que por favor te comuniques con ellos", le dijo su hijo.
El identificador de llamadas del teléfono de su casa guardó el número del que se comunicaron. Ella marcó. Pero le contestó un niño. Cuando ella le dijo al pequeño que de ese teléfono la habían llamado diciendo que comunicara con la Policía, el niño llamó a su papá.
- “¿Aló?, busque a su hermano en el CAI de Álamos”, oyó Jakeline decir a un hombre adulto que colgó de inmediato.
Por error, dice Jakelín, su hijo desconectó el teléfono y se perdió el registro de las llamadas. Pero ella enseguida llamó al CAI de Álamos y allá le respondieron que en efecto ahí estaba detenido Jaime Castillo Peña porque le había robado un celular a un niño. A las dos horas, su hermano Mauricio llegó a ese CAI, pero Jaime ya no estaba. Ni siquiera había un registro de su paso por el lugar. Lo atendió un patrullero y le dijo: “Dígale a su hermano que se pierda, si no lo matan”.
Al día siguiente, Jaime apareció en la casa de uno de sus hermanos. Se bañó y se puso una camiseta negra, un pantalón azul y tenis blancos, tal y como vestía cuando fue muerto. La familia lo buscó por varios días. Fueron a Medicina Legal y allí lo reconocieron en una foto. Había sido encontrado muerto el 14 de agosto en una vereda a tres horas de Ocaña. Estaba boca abajo, con cuatro tiros de fusil lanzados por detrás (uno en cada pierna y dos en la espalda), la cara golpeada y un revólver a su lado sin disparar. Según el dictamen legal había muerto el 12 de agosto, apenas dos días después de su detención en el CAI.
- Semana.com: ¿Qué le dijeron a su hermano Mauricio cuando fue al CAI y no encontró a Jaime?
- Jakeline Castillo: Nada. Igual estábamos tranquilos porque al día siguiente él fue a donde mi hermano Mauricio y se cambió de ropa. Mi familia lo vio normal, como si siempre. Lo raro fue cuando pasó una semana y no volvimos a tener noticias suyas. El 22 de agosto fuimos a Medicina Legal y ellos nos mostraron las fotos de los NN de Cundinamarca, pero ninguno de ellos era Jaime. La persona que me atendió, no sé por qué, me dijo que mirara las fotos de Ocaña. Y ahí fue cuando yo lo vi, en una imagen de frente, con la cara vuelta nada y con la misma ropa que salió de Bogotá. El 7 de octubre viajé hasta Ocaña y viendo todas las fotos ratifiqué que sí era mi hermano.
El dictamen de Medicina Legal es que el cuerpo fue encontrado el 14 de agosto y que murió el 12. Es decir, dos días después de que sus familiares lo vieron con vida en Bogotá por última vez.
Las huellas
Mientras lo buscaban, Jakeline y su familia recogieron algunas pistas de lo que pudo haber pasado con su hermano. Días antes de su muerte, Jaime le comentó a un cuñado suyo que alguien le había ofrecido 50 millones de pesos “para hacer una vuelta en una finca”. Pero nadie le prestó atención.
Además, personas que conocían a Jaime aseguraron haberlo visto la semana que desapareció con un hombre joven a quien llamaban Matías que vestía camisa a cuadros, jeans y tenis negros. Él también desapareció. Casualmente, junto al cadáver de Jaime, se encontró a un hombre de entre 23 y 25 años de edad con características similares a las de Matías. Sin embargo, ningún familiar lo ha reclamado y por eso no ha podido ser identificado.
También se rumora en Álamos que a Jaime lo vieron un día con dos hombres dentro de un carro, algo bastante raro según su familia, pues él era más bien solitario y no acostumbraba montarse en carros.
Jaime Castillo Peña fue enterrado el pasado 18 de octubre en el Cementerio Jardines del Paraíso, en el occidente de Bogotá. Su caso ya está en manos de la Fiscalía y muy seguramente su muerte está relacionada con la de los once jóvenes que fueron encontrados muertos en combate en Ocaña, y que luego se estableció que habían desaparecido en Soacha y Ciudad Bolívar este año. Todas son personas vulnerables, adictas o pequeños vendedores de drogas. Y ahora, con este caso, el escándalo es aún más escabroso, porque muestra que la acción de los crueles reclutadores no se limitó a barrios colindantes, sino también acecharon a personas en otros barrios bogotanos, como éste de clase media.
Por el macabro caso de los desaparecidos, han sido retirados temporalmente del servicio tres coroneles del Ejército: Santiago Herrera Fajardo (de la Quinta División en Bogotá), Rubén Darío Castro Gómez y Gabriel Rincón Amado (de la Brigada Móvil 15, en Santander), mientras se hacen las investigaciones respectivas.
En el caso de Jaime hay muchas preguntas por resolver. ¿Por qué la Policía no tiene un registro de la detención de Jaime en el CAI? ¿Por qué pasaron tan pocos días entre la fecha de su desaparición en Bogotá y su muerte a cientos de kilómetros al nororiente del país? ¿Por qué el arma que encontraron a su lado estaba sin disparar? ¿Por qué su caso coincide con la desaparición de otras 11 personas de Soacha y Ciudad Bolívar, también adictos a las drogas, que fueron encontradas muertas en combate en Ocaña? ¿Jaime hace parte de otro falso positivo de los militares?
Los Castillo Peña no descansarán hasta encontrar respuestas a estas preguntas, igual que otras decenas de familias que no sólo en Bogotá, sino en todo el país, están tras la pista de los autores de lo que hasta ahora parece una macabra estrategia (Fuente: DE HABITANTE DE ÁLAMOS EN BOGOTÁ, A MUERTO EN COMBATE EN OCAÑA - Semana, 10/29/2008)
Fuentes:
- 1-DE SOACHA A LA MUERTE elespectador.com, 24 Sep 2008
- 2-CINEP Banco de Datos de Derechos Humanos y Violencia Política – Noche y Niebla 38 Casos Julio/Diciembre 2008 (Actualizaciones)
- 3-CINEP CENTRO DE INVESTIGACIÓN Y EDUCACIÓN POPULAR Y PPP PROGRAMA POR LA PAZ Colombia, Deuda con la Humanidad 2 – 23 Años de Falsos Positivos (1988-2011)