VIOLENTOS ARRECIAN CONTRA CUERPO TECNICA DE INVESTIGACIONES

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98/06/19
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Ladran, Sancho. Señal que cabalgamos. Con esta frase, que aparece en el Quijote, el vicefiscal general de la Nación, Jaime Córdoba Triviño, interpretó la ola de asesinatos de que han sido víctimas en Colombia los miembros del CTI en lo que va corrido del último año. Para Córdoba, la frase de Cervantes se explica así: En el último año les hemos dado duros golpes a los delincuentes. Eso quiere decir que por parte de ellos ha habido una reacción de venganza, que entristece y compunge a la Fiscalía. Pero si esto no sucediera podría ser el equivalente a que nuestra labor no está dando resultados. Pero, sin duda alguna, Antioquia ha sido el departamento donde más han sido asesinados funcionarios del CTI. Allí, en 1998, han perdido la vida 5 investigadores. Ahora bien, ¿quién está asesinando a los integrantes del CTI? La pregunta es bastante compleja. Para el vicefiscal Córdoba Triviño, los autores de estos homicidios, en una primera hipótesis, serían paramilitares o narcotraficantes que, en venganza por los golpes recibidos, han enfilado sus baterías hacia los efectivos del ente investigador. La primera hipótesis de trabajo nos dice que estos crímenes no son aislados y que pueden provenir de la misma mano criminal, aseveró Córdoba, al tiempo que explicó que se está investigando qué casos adelantaban los funcionarios asesinados hacia el narcotráfico o el paramilitarismo. Córdoba, quien en este momento cumple funciones de fiscal encargado, añadió que el ente investigador está en la tarea de dar con el paradero de los autores materiales e intelectuales de los crímenes. Pueden ser paramilitares, sin descartar a los narcotraficantes, o la fusión de ambas fuerzas. Dentro de esta ola de crímenes contra el CTI tampoco se puede descartar a la guerrilla, ya que afirma Córdoba Triviño el CTI les ha dado duro a los guerrilleros en Antioquia. Son casos de pronto no muy publicitados, pero sí muy contundentes. Explicó también que dentro del mapa de la Fiscalía el departamento de Antioquia registra uno de los mayores índices de hechos violentos. Pero no sólo por paramilitarismo, guerrilla o narcotráfico. Infortunadamente Antioquia tiene grandes problemas de orden público, dijo. Por último, el fiscal (e) sentenció que esta ola de atentados no va a amedrentar a la Fiscalía. Por el contrario, esto nos da más valor para seguir en nuestra lucha.

Los crímenes en Antioquia

Este año, en Antioquia, han sido asesinados cinco funcionarios del CTI. El último crimen se registró el martes pasado. Ese día y cuando se bajaba de un taxi, dos sicarios balearon en el centro- oriente de Medellín al investigador Tomas Eduardo Santacruz Calvache. El hecho ocurrió a las 10:10 p.m. en la carrera 51 con calle 55, y los agresores fueron dos individuos que se movilizaban en una moto. Tenía 27 años y estudiaba derecho en la Universidad Cooperativa de Colombia.

Los otros 4 crímenes se reseñan así:
El 10 de junio, en el norte de Medellín, fue acribillado (21 balazos) Sergio Humberto Parra Ossa, jefe de Investigaciones del CTI de la Fiscalía Seccional de Medellín. El investigador judicial viajaba en un vehículo de placas KDJ- 618 por la calle 67 con carrera 51 cuando fue interceptado por los ocupantes de una camioneta Chevrolet verde (placas RIE-68) y una motocicleta, desde donde le dispararon. Tenía 40 años de edad, era abogado de la Universidad de Medellín y llevaba cinco años vinculado al CTI.

El 8 de mayo fue asesinado el investigador del CTI Augusto Botero Restrepo, en la carrera 41 con la calle 53. Se movilizaba en la moto Yamaha XT500, de placas GTK19. Tenía 29 años y estudiaba contaduría en la Universidad Cooperativa de Colombia.

En abril fueron asesinados otros dos investigadores del CTI: Luis Fernando González Jaramillo, en el sector de Boston, también en el oriente de la ciudad, en un día que no precisa la Policía ya que el levantamiento de su cadáver fue diligenciado inicialmente como NN, y Julio César González Guzmán, asesinado de varios impactos de bala el 19 de abril, en el barrio La Cumbre, del municipio de Bello, norte del Valle de Aburrá.

Otros casos

El asesinato de los investigadores de la Fiscalía se registra en Medellín y los municipios vecinos desde 1995: El 14 de octubre del 95, Leonardo Mosquera Mosquera, de 27 años, fue atacado a balazos en la vía que une los barrios Zamora y Machado.

El 14 de marzo de 1997 fue muerto de varios impactos, en el centro de Medellín, John Jairo Ruiz, considerado como uno de los mejores investigadores de la Dirección Regional de Fiscalías de Medellín.

El 5 de septiembre del 97 murió el abogado y jefe de la oficina de Información y Análisis del CTI Regional, Manuel Guillermo López Umaña, quien fue ultimado en el sector de San Diego, muy cerca de su oficina.

El 4 de julio del 97 fue asesinado en el municipio de Itagüí el agente investigador de CTI Jaime Augusto Piedrahíta Morales.

Y como si toda esta ola de violencia y sangre contra la Fiscalía fuera poca, la noche del pasado miércoles 17 de junio fue asesinado en jurisdicción de La Jagua de Ibirico (Cesar) Fernando Vanegas Torres, quien se desempeñaba como fiscal 10° de la Unidad de Vida de la seccional de Ibagué. Vanegas Torres tenía 36 años y había nacido en Pasto. Estaba casado y era el padre de un niño de cinco años de edad. Desde 1992 estaba vinculado a la Fiscalía.