Por: El Universal
ESTEBAN BARBOZA PALENCIA*
CUT BOLÍVAR
27 de Marzo de 2009
http://www.senadoragloriainesramirez.org/index.php/2009/03/violencia-contra-el-sindicalismo/
En nuestro país hace carrera entre muchos empresarios nacionales, extranjeros y miembros del Gobierno una hostilidad contra el sindicalismo, muy a pesar de que desde la Carta Magna de 1991, es un Derecho Fundamental, art-39 y en el Código Penal Art 200, es un delito la violación al derecho de reunión y asociación.
En la década de 1990 se aprueba como política de Estado la ley 50 de 1990. Nacen las EST y CTA, convirtiendo en indigno el derecho constitucional al trabajo y se extermina a los sindicatos con tradición de lucha, liquidando las empresas estatales y feriándoselas al capital transnacional y mafioso. Se satanizó nuestra actividad Legal y Constitucional. Y hay que sumarle las cifras escalofriantes de violencia, asesinatos e impunidad, por cuenta del “Paraestado”.
Aproximadamente cada 3 días, durante los últimos 23 años, ha sido asesinado un trabajador sindicalizado en Colombia, 2.694 en total: 49 en 2008, 4 en 2009 y 14 amenazas de muerte, sin relacionar las víctimas de los falsos positivos y ejecuciones extrajudiciales (sindicalistas de Arauca).
Somos el país más peligroso del mundo para esta actividad. La tasa de sindicalistas asesinados en Colombia es 5 veces mayor a la del resto del mundo, incluidos los regímenes dictatoriales.
Desde 1986 hemos sufrido 9.911 hechos de violencia, además de los asesinatos, 231 atentados, 193 desapariciones forzadas, 4.200 amenazas. En el Gobierno de la Seguridad Democrática, en los 6 años y 7 meses de mandato de Uribe Vélez, han sido asesinados 482 activistas y dirigentes sindicales.
De los 2.694 sindicalistas asesinados en los últimos 23 años, la Fiscalía informa que investiga 1.104, lo que significa que en 60% de los casos no existe o no se informa de investigaciones penales en curso. Sólo sobre 90 sindicalistas asesinados hay sentencias condenatorias. Somos el país campeón en la impunidad, porque cerca del 96% de los asesinatos permanecen sin esclarecer y sin condena contra los autores materiales e intelectuales. Hemos exigido resultados para todos los casos ante la OIT, OEA, TPP, ONU, Comunidad Europea, y Congreso de EUA, visionando como única salida a la CPI.
En el departamento y la ciudad han sido víctimas dirigentes como Jorge Ortega G., Iván Franco H., Aury Sará M., Edilberto Blanco C., Jairo González M., Walberto Paternina G., etc.
Ante este genocidio gravísimo notamos la indiferencia y el silencio cómplice de nuestra sociedad civil. Que no nos ocurra lo de la famosa reflexión de Bertolt Brech. Primero asesinaron a los sindicalistas (Aury Sará), pero como yo no era sindicalista no me importó; después asesinaron a los dirigentes agrarios (Eduardo Matrascusa), pero como yo no era dirigente agrario tampoco me importó; después asesinaron a los dirigentes de los desplazados (Teódulo Sibaja), pero como yo no era desplazado tampoco me importó; después asesinaron a los dirigentes cívicos (Fernando Acuña), pero como yo no era dirigente cívico tampoco me importó.
La semana pasada asesinaron a 4 trabajadores de nuestros barrios pobres, Iván Chico San Martín (Pozón); a los hermanos Elkin y Rómulo Castro (Olaya); Jaime Ruíz Vanegas (Olaya); pero como yo no vivo en los barrios pobres, tampoco me importó.
Ahora vienen por mí, pero es demasiado tarde.
cutbolivar@gmail.com