A principios del mes de octubre de 1981 en Yacopí, Cundinamarca, una numerosa delegación de habitantes de la región, encabezada por el concejal Ismael Aguilar, se entrevistó con el ministro de Gobierno, el Procurador General de la Nacion y el Secretario de Gobierno de Cundinamarca. Ante dichos funcionarios loa campesinos denunciaron los atropellos y vejámenes cometidos por diferentes elementos militares. Así mismo hicieron entrega de un memorial suscrito por cerca de un centenar de personas, en el cual se describía en forma detallada, los abusos y procedimientos autoritarios utilizados por los comandantes de la base militar de Yacopí y de los puestos acantonados en varias veredas e inspecciones de policía.
En el momento de regresar a sus hogares, después de haberse presentado en el puesto militar, varios de estos ciudadanos han sido asesinados. Los nombres de los campesinos muertos son: GUMERCINDO BUSTOS, ALFONSO REAL y un anciano de nombre SALOMÓN y CARLOS LUNA. Fueron desaparecidos MARCELO CARTAGENA, CARLOS JIMENEZ, DANIEL HOYOS, JESUS ANTONIO VASQUEZ y OTROS.
Estos hechos han creado un clima colectivo de terror entre la población civil, porque según informan diferentes ciudadanos, el comandante de la Base Militar ha dicho que todas las personas que suscribieron el memorial van a ser castigadas con la muerte. Según esas mismas personas, tanto en la base militar, como las patrullas, poseen la lista de quienes suscribieron el documentos y están averiguando por su paradero.