A mediados de 1990 en Cimitarra, Santander, el operador de motosierra LEÓN ALBERTO MARÍN, fue desaparecido por orden de Carlos Delgado, para quien trabajaba en la Ciénaga de Barbacoas y quien lo acusó de pertenecer a la guerrilla para no pagarle cinco años de trabajo que le adeudaba. El obrero fue detenido por miembros de la XIV Brigada del Ejército, quienes le propinaron varios impactos de arma de fuego y arrojaron su cuerpo al río Magdalena, sus restos nunca aparecieron. En el crimen participaron: el Sargento Segundo Carlos Hernando Medina, adscrito a la Brigada XX, quien estaba en comisión en el Batallón de Servicios No.4; un soldado profesional de apellido Lesmes y el suboficial Martín Emilio Sánchez Rodríguez.