Luis María Mejía

Fuente:
1. Campesino
Hechos
El 3 de abril de 1990 paramilitares asesinaron en Puerto Parra al campesino LUIS MARÍA MEJÍA y violaron a su esposa MARÍA BAUTILIA MARULANDA. María narra así el crimen: “El 3 de abril de 1990 a las 5 de la tarde se presentaron en mi casa unos hombres vestidos de pintado pero yo sé que son los del MAS, puesto que estaban ahí reconocidos por mí: José Zúñiga (alias Charapo), Luis Alfonso (Alias Arandú) un hombre llamado por ellos el Yiyo y José Luis, quienes son del grupo MAS, comandado por Norberto Sierra y un hombre que se hace llamar el llanero”. “En esta visita los hombres se llevaron a mi esposo LUIS MARÍA MEJÍA y le hicieron unas preguntas y otros me hacían preguntas a mí -¿Usted ha visto la guerrilla?, no lo niegue porque si lo niega la matamos y les quemamos la casa con todo lo que hay adentro. Yo les dije lo que sabía, que hacía 15 días habían pasado y no sabía más Luego me dijeron que se iban a llevar a mi esposo, a lo que yo les dije ¿por qué se lo van a llevar si él no debe nada? A lo que dijeron –es que él no ha hablado nada, entonces es usted la que nos tiene que decir dónde están las armas de la guerrilla. Me dijeron que yo era auxiliadora de la guerrilla, que un guerrillero se los había dicho”.
“Como yo no decía nada cogieron a mi marido de donde lo tenían sentado al lado de un árbol, él llorando me pedía que lo acompañara. Yo le dije que no podía dejar los niños solos, entonces el hombre Arandú le dijo –Yo me lo llevo a usted sólo y cuando necesite hablar con ella vengo aquí por ella- y me dijo que al día siguiente me lo llevaría a la casa porque él no lo iba a matar. Se fueron con él, tres del grupo iban adelante, él en medio y otros atrás. A eso de las 11 de la noche oí un tiro cerca de la casa y a las 6 de la mañana llegaron de nuevo, me dijeron levántese y salga para afuera que necesito hablar con usted.
Me preguntaron por mi marido, a lo que dije –ustedes son lo que deben saber de él-, entonces me dijeron –ese señor se voló parece que algo sí debía ya que se mostraba confundido y llorando, si no lo encontramos durante esta semana a quien nos vamos a llevar es a usted, díganos cosas sobre él y sus contactos con la guerrilla, lo buscamos toda la noche y ahora es usted la que tiene que pagar, les dije –con perdón suyo, para ustedes todos nosotros los campesinos somos de la guerrilla. A lo que dijeron que no me rebotara, luego me metieron a las piezas y lo requisaron todo y después me injuriaron.”