El 20 de septiembre de 1978 en Bogotá, D.C., el niño ALEXANDER CARRANZA fue secuestrado por policías al mando del cabo de carabineros Jorge Barinas, con la participación activa de otros uniformados, frente a su residencia, en el norte de la ciudad. Fue escondido primero en la escuela de Carabineros de Suba, después en la revista “Gulón” de orientación conservadora, y para acabar de completar el incalificable crimen, fueron detectives quienes re robaron al primer medio millón de pesos que el desamparado padre del niño Alexander había mandado para el rescate de su pequeño hijo de apenas siete años de edad. El niño fue asesinado 20 días después por los sujetos que lo estrangularon y luego lo remataron a golpes de pala, El cadáver fue sepultado en una fosa abierta en predios de la finca Guaraní, en la carretera marginal a la selva, en jurisdicción del municipio de San Martín (Meta).