El domingo 14 de agosto de 1977 en Armenia, Quindío, el conductor JAIME CARDONA perdió la vida al recibir un disparo de revólver que le propinó un agente del F-2 por una discusión personal. El mencionado cuerpo represivo hizo circular después la versión de que el trabajador, conocido como un ciudadano honesto y laborioso, era “un agente de las organizaciones de narcotraficantes”, para justificar el cobarde asesinato oficial. En medios allegados a la familia del trabajador asesinado se informó que en estos momentos se adelanta una demanda criminal por el hecho.