El 22 de noviembre de 1964 en Paujil, Caquetá, el agente de Policía Jesús Antonio Parra asesinó de un disparo de fusil al agricultor JESÚS A. URBINA, después de haberlo golpeado a culata en asocio de otros polizontes. Al día siguiente, los deudos se presentaron a reclamar ante la inspección tercera de la Policía de Florencia, obteniendo una sola respuesta: lo habían matado porque era… bandolero!!. El “castigo” del asesino no ha sido otro que el de trasladarlo a Florencia. Así ha quedado impune otro crimen oficial. La impunidad ha dado nuevos brios a las pretensiones de los sabuesos, que tienen orden de asesinar al dirigente comunista Misael Barragán, de tiempo atrás perseguido por las autoridades frentenacionalistas
Fuentes:
1. VOZ PROLETARIA Año II - Num 56, Pag. 11, Bogotá, D.E., Diciembre 29 de 1964