El martes 12 de diciembre de 2000, en la vereda Centro Sur, del municipio de Chámeza, fue detenido ilegal y arbitrariamente, por miembros del Ejército Nacional, el joven ROMEL ALBERTO MORALES, de 22 años, primo de los hermanos Acosta, desparecidos, torturados y ejecutados en octubre de 1989. Romel Alberto se dirigía a la vereda Centro Sur para solicitar a la Junta Comunal un certificado que le habían prometido. Cuando estaba junto a la escuela de la vereda, los militares lo capturaron y le dieron muerte en medio de las formas más atroces de tortura como fue el quemarlo vivo. Desde lejos, los pobladores de la zona escucharon sus gritos desgarradores mientras lo quemaban, hasta que su vida fue extinguida del todo.
Las violaciones a los derechos humanos, tales como la Detención Ilegal y Arbitraria y la Ejecución extrajudicial, todas de extrema gravedad, palidecen ante la forma tan brutal que asumió en este caso la violación de la TORTURA, método sólo utilizado en los momentos más vergonzosos de la historia de la humanidad. Esa forma bárbara de Tortura, justamente calificada de Crimen contra la Humanidad, no afectaba aquí sólo a su víctima individual sino de manera muy intensa a la Comunidad de la región, para la cual comportaba un mensaje de que ninguno de sus derechos, por más sagrado y básico que se considerase, sería respetado por los agentes (directos e indirectos) del Estado, teóricamente instituidos para protegerlos. La profundidad de la agresión moral, psíquica y jurídica es difícil de ponderar aquí, acompañada con el mensaje más radical de desprotección.
Fuentes:
1. CINEP Y COSPACC Noche y Niebla - Casanare: Exhumando el Genocidio