El bimestre julio-agosto de 1983 se puede definir como de terror, éxodo campesino y muerte. Así lo revela acusatoriamente el Comité de Derechos Humanos de Santander cuando señala: ''En sólo los últimos dos meses han sido asesinados docenas de compatriotas ... todos caidos a manos de las bandas paramilitares del ''Mas'', ''Tiznados'', ''Grillos'', ''Comité de Limpieza'', ''El Embrión'', ''Alfa 83'', que pululan a sus anchas en el Magdalena Medio, en zonas totalmente militarizadas''. Una de las víctimas fue el campesino invidente, JORGE CORTÉS.