Robinson Martínez Moya

Fuente:
Hechos
Masacre: RIOSUCIO 20-Dic-96
Víctimas en estos hechos: 4 (Asesinadas: 4- Desaparecidas: )
El 20 de diciembre de 1996 en Riosucio, Chocó, paramilitares bajo la etiqueta de “Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá” que incursionaron en este municipio desaparecieron a EDINSON RIVAS CUESTA, de 24 años de edad, ROBINSON MARTÍNEZ MOYA, de 15 años de edad, BENJAMIN ARBOLEDA CHAVERRA, alcalde encargado y padre de 5 hijos y JOSÉ LISNEO ASPRILLA MURILLO, de 45 años y padre de 11 hijos, quienes posteriormente fueron torturados y desmembrados, y FRANCISCO ARMANDO MARTÍNEZ MENA, de 21 años de edad, quien fue dejado en libertad dos días después de su retención ilegal.
Relata la fuente: “El día 20 de diciembre de 1996 algunas personas de la población se despertaron al oír el ruido de los motores y vieron cuatro pangas que veloces se desplazaban por el río Atrato hasta la parte alta del pueblo. Los paramilitares que llegaron en las pangas organizaron la toma de la población.
Unos se repartieron hacia la parte baja del pueblo cerca de la casa cural y de las Hnas. de la Presentación, otros, guiados por Cesar Arce (paramilitar reconocido en la zona, nativo de Ríosucio), allanaron algunas casas por él señaladas; con lista en mano entraban en ellas violentando las puertas, con palabras y empujones a las personas. A las personas que encontraron las sacaron y amarraron. Buscaban armas y se llevaron dinero.
Los paramilitares al llegar fingieron un enfrentamiento con la policía; luego se sabría por testimonios directos que esto se debió a que los confundieron con la guerrilla, pero una vez los identificaron como paramilitares los acogieron y les pidieron excusas. Hacia las 10;30 am. se escuchó el ruido de un helicóptero que dejó los primeros militares que venían a auxiliar a la población; esta operación se repitió.
Los paramilitares amarraron y embarcaron a las siguientes personas: José Lisneo Asprilla Murillo, 45 años con cc. 15.366.068 de Apartadó, casado, con once (11) hijos; Benjamín Arboleda Chaverra, alcalde encargado, casado, con cinco (5) hijos; Edinson Rivas Cuesta, de 24 años con cc. 12.006.257 de Ríosucio, casado, con dos hijas; Robinson Martínez Moya, de 15 años; Francisco Martínez Mena, 21 años, con cc. 12.000498 de Ríosucio.
Con estas personas, las pangas de los paramilitares atravesaron el Río Atrato, entraron a la boca del río Truandó, por la ciénaga salieron a la desembocadura del río Salaquí al Atrato para dirigirse rumbo a Turbo. Cuando salieron al Atrato, casi en frente del puesto de la policía, estos fingieron atacarla con una descarga.
Ese mismo día desaparecieron cuatro personas (NN), dos del barrio Escolar y dos del río Truandó.
El supuesto combate finalizó a las 1:00 de la tarde aproximadamente.
Cuando el Ejército entró en la población fue recogiendo algunos jóvenes que los reunió muy cerca al Comando, frente a la casa de las Hermanas de la Presentación, intimidaron a los jóvenes diciéndoles que «cuidado hacían alguna gracia, que ellos sabían usar muy bien esas armas». Les obligaron a avisar de casa en casa que salieran todos a las puertas, porque si permanecía alguna cerrada disparaban contra ella. El Personero junto con uno de los sacerdotes de la Parroquia, visitaron todos los barrios de la población para escuchar las quejas de muchas personas que fueron maltratadas por los paramilitares y constataron el nombre y número de personas que se llevaron con ellos.
El 22 de diciembre regresó de Turbo Francisco Armando Martínez Mena, el único superviviente de los que se habían llevado. Sus compañeros fueron llevados a Santamaría la Nueva del Darién, donde los mataron y enterraron. Dos enterrados en el cementerio de Santa María y los otros cerca a la ciénaga de Unguía.
Los días siguientes continuó el señalamiento por parte del paramilitar Cesar Arce y organizaron reuniones con diferentes grupos de la localidad. Pintaron muchas casas con sus consignas de «muerte violenta a los sapos de la guerrilla» y «Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá».
La presencia del Ejército sólo duró dos días en el casco urbano. El control de la población quedó en manos de los paramilitares y policías. Policías y paramilitares empezaron a exigir los documentos de identificación personal y documentos de compra de motores fuera de borda, los cuales eran quitados si no tenían estos documentos. Sólo permiten sacar para el campo $50.000 pesos en provisiones, decomisando los mercados grandes que lleven los campesinos e indígenas.
El 22 de diciembre de 1996, el grupo de paramilitares que estaba por el camino carreteable hacia el aeropuerto, bajó del caballo al campesino Edilberto Sánchez Negrete, de 29 años, muerto y enterrado por ellos mismos; asesinaron también ese mismo día a Willian Cuesta Valencia, de 22 años''
Fuentes:
- 1. CORPORACIÓN JURÍDICA LIBERTAD Diagnostico y situación de Derechos Humanos en el Chocó-Colombia (http://www.derechos.org/nizkor/colombia/doc/choco.html)