Senén Peña

Fuente:
1. Campesino
Hechos
El 5 de enero de 1964 en Chaparral, Tolima, miembros del Ejército al mando del Teniente Cortés asesinaron a los campesinos SENÉN PEÑA y SAÚL OBANDO, en el sitio denominado Alto de San Antonio, el Puente de Río Atá.
Relata la fuente: ''En el hospital hay un muchacho herido! La noticia corrió rápidamente por todo Chaparral llegando a ser el comentario público y privado del momento. A quienes conocen la tragedia que por largos años ha padecido el campesinado del Sur de Tolima, les podría parecer raro que hubiera tanta alarma por un joven herido. Pero el pueblo de esta región, que ha visto caer a millares de hombres, asesinados por los fusiles de la dictaduras, está dispuesto a luchar para evitar que tales barbaridades continúen cometiéndose. Y el herido del hospital San Juan Bautista, decía que estaba dispuesto a acusar a quienes lo intentaron asesinar y sindicaba con valor y energía a un teniente del ejército.
Enrique Mendoza Riaño, es el nombre del herido. Se trata de un muchacho campesino, vecino de Planadas, y de 17 años de edad. El cinco de enero, como él mismo lo relata, venía en compañía de otros dos campesinos, Senén Peña y Saúl Obando, cuando en el sitio denominado Alto de San Juan y como a la una de la tarde, un grupo de 35 soldados al mando de un teniente los detuvo.
Los militares que estaban emboscados, permanecieron en esta actitud. A los cautivos los amarraron con fuertes cabuyas y los pusieron bajo el cuidado de unos soldados, con la orden expresa de asesinarlos si intentaban fugarse o si gritaban cualquier cosa que denunciara la presencia de la tropa.
Como a las doce y media de la noche se dio la orden de partida. Cerca al lugar pasa el Río Atá. Al llegar al puente el Teniente se avalanzó sobre Enrique Mendoza, machete en mano, propinándole dos heridas en la base del cráneo. Al caer al suelo, las emprendió a puntapiés gritándole: acabe!, acabe!, y ordenando a los soldados que lo echaran al río.
Senén Peña y Saúl Obando corrieron con menor suerte que su compañero. Sobre ellos cayó la furia asesina del teniente. Enrique Mendoza dice que al caer al suelo, logró verlos en el estribo del puente amarrados.
Posteriormente sus cadáveres aparecieron a la orilla del río Atá. A cada uno se le había hecho el “corte de franela”. Sus familiares los recogieron y los enterraron en Planadas.
Fuentes:
- 1. VOZ PROLETARIA Año II - Num 9, Pag. 1 y 9, Bogotá, D.E., Enero 23 de 1964