Muchos colombianos siguen desaparecidos en diferentes rincones del país, mientras que sus familias mantienen las esperanzas al menos para sepultarlos.
FERNANDO GARCÍA BRAVO
Especial El Nuevo Liberal
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Asfades, (Asociación de Familiares de Detenidos-Desaparecidos) es una organización que nace como una repuesta a este delito de Lesa Humanidad y violación que tienen mucha fuerza por las constantes denuncias de los derechos humanos en Colombia, especialmente en regiones como Cauca, Valle, Antioquia, Cundinamarca y los Santanderes.
Asfades da su primer paso en el año de 1982, bajo el gobierno conservador de Belisario Betancur, cuando paradójicamente la gente ilusionada por la paz (como ahora) pintaba palomas en las ventanas en el contexto de una propuesta de negociaciones de paz entre el gobierno y las fuerzas guerrilleras.
Como preludio, la década anterior estuvo marcada por luchas sociales y políticas de estudiantes y obreros en los años de 1966-1967 y por el surgimiento de varios grupos subversivos como los de las Farc, en los 50, el Eln y el Epl en los 60 y el M-19 en los 70, que realizaron operaciones armadas que conmocionaron al país, entre ellas la sustracción de siete mil armas del Cantón Norte y la ocupación de la Embajada de República Dominicana por el M-19, a partir de entonces cientos de personas fueron capturadas, torturadas y llevadas a prisión.
Para ese año el gobierno saliente del presidente Julio Cesar Turbay Ayala (1978-19829 dejaba una herencia de detenciones arbitrarias, de presos de conciencia, el procesamiento de decenas de civiles en consejos de guerra ante tribunales militares, el uso sistemático de la tortura y la ejecución sumaria de presuntos colaboradores de grupos guerrilleros y por eso en este contexto nace Asfades, para buscar a 12 estudiantes de la Universidad Nacional, un obrero independiente y un dirigente campesino desaparecidos forzadamente por unidades del entonces F-2 (organismo de seguridad de la Policía Nacional), conjuntamente con un narcotraficante, las víctimas fueron desaparecidas en un periodo de nueve meses.
Con motivo de la celebración internacional de las desapariciones forzosas hablamos con Nilson López Santamaría, quien vive en carne propia desde el 9 de enero de 1982 la desaparición forzosa de su hermano, Leonel Ulises López, estudiante de la Universidad del Valle y luego la de su padre, José Manuel López, en enero de 1985, el que fue torturado y muerto con un tiro de gracias, y cuyo cadáver fue hallado en un cañaduzal en la vía entre Palmira y Candelaria a comienzos del presente siglo.
¿Asfades celebró el Día Internacional de las desapariciones forzadas?
N.L. Sí, lo hicimos con momentos de reflexión, pensando siempre en que algún día tendremos razón de nuestros seres queridos desaparecidos por fuerzas oscuras que operan en este país y en donde el Estado sigue de la vista ‘gorda’ frente a las exigencias de las familias que vivimos en pena hace muchos años.
También la Asociación de Familiares de Detenidos Desaparecidos -Asfades de Colombia cumple también 30 años, buscando a sus seres queridos, para saber que paso con ellos, dónde están, quien los mató, sí es que están muertos, pero hasta ahora es una historia de nunca acabar. Muchos llevamos la esperanza de que de pronto estén vivos, o que alguien tenga razón de ellos, pero no se ha podido.
¿Qué conoce Asfades de los responsables de estas desapariciones?
N.L. En Colombia, todos los grupos, ya sean organismos del Estado, escuadrones de la muerte, paramilitares, alzados en armas, todo el mundo desaparece, aunque de todas maneras la cifra de desaparecidos puede estar entre 50 según Asfades y Medicina legal dice que 80 mil, porque se habla es de la desaparición forzada. Hay que aclarar que la desaparición forzada es cuando se llevan a la persona en contra de su voluntad, la ocultan, nadie de razón, sea por cuestiones políticas, la mayoría de casos son por razones políticas, son líderes estudiantiles, miembros de las juntas comunales, personas que le sirven a la sociedad, entonces cuando quieren causar un daño o acabar con la organización, lo que hacen es desaparecer a las cabezas visibles a los directivos.
El mayor responsable en este país de las desapariciones es el Estado en cabeza de los organismos de seguridad, escuadrones de la muerte y los mismos paramilitares que hicieron y hacen parte de esas gentes, responsables de la mayoría de desapariciones. También hay desapariciones de particulares y de grupos alzados en armas, el mismo narcotráfico desaparece mucha gente y por eso no se tienen datos precisos, además las familias por miedo no denuncian, como ocurre en los campos, que no lo hacen por temor y si se dan cuentan que lo han hecho, llegan y se llevan al resto de la familia, también lo desaparecen, lo asesinan, o sea que los desaparecidos son incontables.
¿Nadie en el Estado habla o se interesa por los desaparecidos?
NL. En este país siempre se habla del proceso 8.000, de parapolítica, de la Farc-política, ahora se está hablando del proceso de paz, pero de los desaparecidos nadie habla, nadie dice nada, nadie se volvió a acordar de ellos, solamente los familiares, los que estamos luchando por saber dónde están ¿, que pasó con ellos¿ , pero cuando ya estamos muchas veces cerca a las investigaciones, entonces empiezan a asesinar a los familiares, amenazan, o sea que siempre hay una ‘cortina de humo’ para que no demos con los responsables.
¿Cree que se ha disminuido o incrementado las desapariciones forzadas?
NL. Como Asfades pertenece a la ONU, tienen estatus consultivo de segundo grado ante este organismo internacional conocemos de muchos desaparecidos en Argentina, en muchos países de América Latina, pero en Colombia se ha incrementado aún más la desaparición forzada, porque la violencia se ha incrementado más, los asesinatos, ahora con la restitución de tierras hay mucho desaparecido, mucho c rimen, en donde más se asesinan sindicalistas es Colombia.
¿Qué busca Asfades y se han aclarado casos?
NL. En Asfades lo que buscamos es que nos digan la verdad, que haya apoyo psicológico a los familiares de los desaparecidos, reparación integral y que haya justicia, no queremos perdón y olvido, sino que se castiguen a los culpables. Los organismos del Estado, Fiscalía, juzgados, siempre tapan todo y las investigaciones que habían del 90 hacia atrás todas se perdieron en Procuraduría y las del 90 para acá y 2000, eso no ha avanzado nada y cuando se va averiguar por parte de los familiares, la respuesta es que se está investigando, que no hay nada, que de pronto se ha ido para otra parte, y hasta ahora son pocos los casos aclarados, y por los cuales se tienen detenidos a los responsables.
¿En agosto de 2010 se aprobó la Ley 1408, si se viene cumpliendo con ella?
N.L. La verdad que no. Por ejemplo dice la Ley 1408 en su Artículo 14 dice “que la memoria de las víctimas desaparecidas forzadamente será objeto de conmemoración la última semana de mayo, en el marco de la Semana de los Detenidos-Desaparecidos y el 30 de agosto, Día Internacional de los desaparecidos”, pero no pasa nada con el cumplimiento de esa ley. Ahora hay unas leyes que nos favorecen un poco. Anteriormente que se desaparecía una persona había que esperarse 72 horas, en el presente cuando uno se dé cuenta que la persona desapareció, va a un Juzgado, una Fiscalía y ellos tienen que activar el mecanismo de búsqueda urgente, es decir cuando uno coloca la denuncia, uno es el responsable de ella y es cuando ellos se comunican con la Policía y formar un operativo para tratar de encontrar la persona con vida, porque esas dos, tres, cuatro horas de que desaparece la persona, entre más rápido se actué es mejor, se puede rescatar con vida.
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