PROYECTO COLOMBIA NUNCA MÁS
MAGDALENA MEDIO
La población de Puerto Wilches limita por el norte con los departamentos de Bolívar y Cesar, por el este con el departamento de Cesar, Rionegro y Sabana de Torres, por el sur con Barrancabermeja y por el oeste con los departamentos de Antioquia y Boyacá. Debido a su ubicación geoestratégica como eje de comunicación con el principal centro petrolero de Barrancabermeja y otras poblaciones del municipio de vital importancia económica como Sabana de Torres y Rionegro, hicieron de esta población uno de lo focos de interés principales para las estructuras paraestatales que desde comienzos de los años ochenta comenzaron a irrumpir en la zona.
Paralelamente los grandes terratenientes de la región dieron curso a la implantación de grandes agroindustrias entre las que se destaca la de la palma africana. A medida que los grandes poderes locales imponían su dominio y establecían sus grandes emporios económicos, la población campesina era sometida a los embates de la fuerza pública, los grandes gamonales y poderes locales y los grupos paramilitares que poco a poco se consolidaron en la zona.
La creciente oleada de violencia que con el devenir de los años se manifestó en la población, se incrementó alarmantemente entre 1988 y 1989. Uno de los lugares más afectados por la acometida paraestatal en el transcurso de esos años fue la Inspección Departamental Puente Sogamoso, lugar en el que los paramilitares cobraron varias víctimas.
Tanto la fuerza pública como las estructuras paramilitares hicieron uso de las listas de la muerte para identificar a sus víctimas, entre las que se encontraban campesinos, lideres cívicos y comunales, trabajadores, profesores, funcionarios públicos y comerciantes de la zona. La persecución contra estos sectores sociales prosiguió en los primeros años de la década del noventa a manos de los efectivos del ejército y los organismos paramilitares.
A pesar de la cruenta persecución del ejército y los paramilitares contra la población, su fortaleza organizativa seguía vigente a mediados de los años noventa; a esto se sumo el apoyo de un sinnúmero de pobladores al movimiento de la Unión Patriótica, el cual logró la alcaldía del municipio. No obstante, la acogida electoral hacia esa opción política se vio empañada por la persecución sistemática que emprendieron las fuerzas irregulares y regulares contra el alcalde y varios funcionarios públicos en 1994. En el curso de ese año, las tropas de la Brigada Móvil No.2 arremetieron contra el campesinado del municipio cobrando varias víctimas.
En 1997 las estructuras paramilitares acometieron duramente contra los habitantes de las Inspecciones departamentales que aún no habían sido totalmente controladas. Tal es el caso de la Inspección departamental Vijagual cuyos miembros fueron victimizados en el transcurso del año. Los líderes cívicos y comunales se convirtieron en otro de los blancos de las fuerzas paraestatales que para 1998 lograron consolidar su dominio permanente en la población.