Un capitán, un sargento, un cabo y un agente de inteligencia militar que hicieron desaparecer a una mujer, la compañera permanente del senador por el M-19 Bernardo Gutiérrez, serán destituidos de las Fuerzas Militares a petición de la Procuraduría. El Procurador Delegado para las Fuerzas Militares, Mauricio Fajardo, pidió que los cuatro miembros del Ejército sean destituidos, tras comprobar que hicieron desaparecer, en abril de 1989 a Amparo del Carmen Tordecilla Trujillo.
eltiempo.com
19 de febrero de 1994
http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-48054
Los señalados como responsables de la desaparición forzosa son el capitán Mario Raful Rodríguez Reinoso; el sargento viceprimero Guillermo Marín Rojas; el cabo primero Wilson Doneys Berón y el agente de inteligencia Héctor Hidalgo Cabrera Peña.
A las 11 de la mañana del 25 de abril, determinó la investigación, Tordecilla fue detenida por tres hombres armados que se movilizaban en un taxi nuevo, de placas SF 3257.
La mujer, de aproximadamente 27 años, 1.68 de estatura y de cabello semilargo y tinturado, fue obligada por sus captores, sin mediar palabra o justificación alguna, a subir al vehículo de servicio público.
Desde ese momento no se volvió a saber de su paradero. Tordecillas era en ese momento la compañera de Bernardo Gutiérrez, quien militaba en un grupo guerrillero.
La investigación de la Procuraduría permitió determinar que el taxi era de propiedad del Ministerio de Defensa, asignado al Batallón de Inteligencia y Contrainteligencia del Ejército.
En el vehículo se movilizaban la mañana de la detención el sargento, el cabo y el agente de inteligencia, quienes después intentaron entorpecer la investigación de la Procuraduría. Los acusados dijo el Ministerio Público enviaron a una mujer para que suplantara a la supuesta víctima y declarara que nunca había sido detenida.
No obstante, la misma declarante volvió posteriormente a la Delegada, confesó la verdad y dijo que le habían pagado 30 mil pesos por la patraña.
La Procuraduría acusó a los militares por retener sin orden judicial a Tordecillas y por su posterior desaparición.
Ante la violencia con que fue aprehendida la mujer, uno de sus zapatos, de color negro, cayó al suelo. Y fue precisamente ese zapato el que permitió que se iniciara la investigación en la Procuraduría.
Un testigo del hecho recogió el zapato de la mujer y lo llevó a la Asociación de Familiares de Detenidos Desaparecidos (Asfaddes), que instauró la denuncia del caso.