PERSECUCIÓN CONTRA LA FAMILIA PEDRAZA

CINEP Y COSPACC
Noche y Niebla
Casanare: Exhumando el Genocidio
http://www.nocheyniebla.org/node/68

Entre los meses de enero y febrero de 2003 se desarrolló una intensa persecución contra otro grupo familiar en el municipio de Recetor:

Un día de enero de 2003 (no se pudo precisar la fecha exacta), siendo aproximadamente las 18:00 horas, llegó un grupo de integrantes de las AUC a la vereda Comogó, de Recetor. Los esposos YANIRE VALLEJO RIVERA, de 27 años de edad, y RAÚL PEDRAZA VALLEJO, de 24 años de edad, regresaron a la finca, luego de alistar una carga de revuelto. Las AUC tenían rodeada su casa. La pareja bajó la carga de los caballos y seguidamente YANIRE empezó a preparar la cena, mientras RAUL se fue a llevar los caballos al potrero, pero no regresó esa noche a casa. YANIRE, al no tener noticia alguna de su esposo, decidió preguntarle a los paramilitares por el paradero de éste; ellos le respondieron que lo tenían en su poder. Hacia las 22:00 horas la llevaron a ella también al Alto del Macanal. Al día siguiente, los vecinos se dieron cuenta de lo que pasaba al notar la casa sola. Tres días después, siendo las 20:00 horas, vieron cuando los bajaron por el camino que conduce hacia la vereda de Guruvita, del municipio de Chámeza; pudieron observar el estado de tristeza e indefensión en que se encontraban. Esa fue la última vez que fueron vistos.

A comienzos de febrero de 2003, MELECIO PEDRAZA, de 61 años de edad, quien se dirigía a caballo y arreaba otro con carga, por la vereda Comogó, con destino a la vereda Cerro Rico, fue interceptado por paramilitares en el sitio llamado Alto del Macanal. Quienes lo retuvieron, le quitaron los caballos y la carga. A los tres días, una prima suya pasó por el lugar, preguntó por él a los miembros de las AUC, los cuales respondieron que lo habían mandado para el Meta. Ella pasó por Recetor y le comentó la versión a su familia. Una semana después, fue citada al mismo sitio una de sus familiares quien se desplazó hasta allí en compañía de su hijo y una amiga. Al llegar al lugar, los paramilitares les pidieron las cédulas, apartando a la familiar del grupo. Le manifestaron que se iban a llevar para Monterrey más de cuarenta y cinco cabezas de ganado que pertenecían a su tío MELECIO PEDRAZA, advirtiéndole que no fuera a denunciar eso ante ninguna institución porque no respondían por su vida; así mismo le mostraron todos los documentos personales de la víctima. Al preguntar por el paradero de su tío, le preguntaron: ¿usted es católica?; ella contestó que sí, a lo que ellos replicaron: “si usted es católica, páguele una Misa porque él no aguantó la terapia.”.

Pocos días después, en el mismo mes de febrero de 2003, LUIS ARIEL PEDRAZA ROJAS, primo de Raúl y sobrino de Don Melecio, de 24 años de edad, fue obligado por los paramilitares a ir hasta el casco urbano de Recetor y convocar a los habitantes del pueblo a una reunión general en la vereda El Vegón. Por temor a lo que pudiera pasar, a esta cita asistieron aproximadamente cuarenta personas, quienes fueron hasta allí en una volqueta. Los paramilitares manifestaron a los asistentes que ellos no mataban ni destrozaban con motosierra. Ocho días después LUIS ARIEL PEDRAZA ROJAS, fue sacado de su casa en la vereda El Vegón, donde se encontraba con su esposa y dos niños. Algunos vecinos contaron que lo vieron, luego de tres días, amarrado a un árbol en la misma vereda; desde entonces jamás se volvió a tener noticias de él. Tres días después, su esposa se vio obligada a desplazarse para el departamento de Arauca junto con sus hijos.

El 29 de febrero de 2003, CARLOS ANDRÉS BARRERA PEDRAZA, sobrino de Raúl, sobrino nieto de Don Melecio y primo segundo de Luis Ariel, estudiante de Zootecnia en la UNAL de Sogamoso, había sido beneficiario de una pasantía otorgada por el Alcalde de Recetor para poderse graduar, contemplando su contrato de servicios la revisión de un ganado relacionado con el fondo de crédito municipal, ganado que estaba en la vereda El Vegón. Al ir a revisar el ganado el 28 de febrero, junto con su amigo JAVIER MARTÍNEZ DÍAZ, de 33 años, y el niño de éste, de 6 años de edad, los paramilitares los retuvieron en la vereda El Vegón y sólo después de tres días dejaron salir al niño de Javier Martínez, quien narró las torturas a que lo sometían por llorar y preguntar por su papá. Ocho días después, la madre de Carlos Andrés fue hasta la vereda a preguntar por su hijo. Un paramilitar de tez negra, quien la atendió, luego de consultar con sus comandantes, le respondió que sí lo tenían en su poder pero lo habían enviado para el Meta. Nunca más se tuvo noticias de su paradero.

El lunes 3 de marzo, NANCY YADIRA CARREÑO ALFONSO, de 32 años, esposa de Javier, quien ejercía como secretaria del colegio de Recetor, decidió ir a averiguar por su esposo a los paramilitares pero nunca regresó. Posteriormente unos paramilitares ingresaron a la casa de la madre de Nancy, la golpearon y amenazaron con despedazarla si informaba de lo ocurrido a alguna autoridad. En 2007 hombres en moto fueron a interrogar al niño por su mamá.

En este conjunto de siete desaparecidos de un mismo grupo familiar, dicho crimen se evidencia como una práctica sistemática contra un grupo poblacional, característica muy clara del Crimen de Lesa Humanidad. Las violaciones a los derechos humanos asumen allí la misma secuencia de barbarie: Amenazas, Detenciones Ilegales y Arbitrarias, Torturas, Desapariciones Forzadas, cuyo desenlace oculto suele ser la Ejecución extrajudicial sin que ésta se pueda ni se deba judicializar al no haber evidencia de los restos mortales. Las convocatorias a los pobladores, con el señuelo de negociaciones y con la trampa de crear ámbitos de confianza para poder convocar a otras potenciales víctimas con el fin de eliminarlas más fácilmente, revelan la estrategia de terror que se implantó en la zona. Si bien el TERRORISMO no es aún un tipo penal internacional con definición inequívoca, etimológicamente hace referencia al miedo intenso que produce la ausencia total de ámbitos seguros para los valores más esenciales del ser humano: su vida, su integridad y su libertad. La política de Estado consistió allí en convencer a toda la población de que estos valores estaban hipotecados a su sometimiento a los victimarios, fuera del cual no habría ningún ámbito seguro para proteger esos valores esenciales.

Desaparecidos de este conjunto familiar:
• YANIRE VALLEJO RIVERA;
• RAUL PEDRAZA VALLEJO;
• MELECIO PEDRAZA;
• LUIS ARIEL PEDRAZA ROJAS;
• CARLOS ANDRÉS BARRERA PEDRAZA;
• JAVIER MARTÍNEZ DÍAZ;
• NANCY YADIRA CARREÑO ALFONSO