Hace 25 años, el 20 de noviembre de 1985 a las 7:12 de la noche, en una farmacia de Bogotá de la calle 42 con carrera 13 el dirigente político, con apenas 32 años, fue asesinado por sicarios junto con sus dos acompañantes. Murió también una señora ajena a los hechos. Fue el primero que propuso una Constituyente para sacar al país de la crisis y llevarlo a la paz
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Conmemoraciones
Martes, 23 de Noviembre de 2010
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Oscar Willian Calvo vivió intensamente. Poco después de marcharse de la nativa Pereira hacia la vecina Cartago, con los primeros atisbos de conciencia social, lidera el movimiento estudiantil en el colegio Académico del nuevo terruño. Contaba apenas con 13 años.
La experiencia de lucha, que fortalece con sus lecturas políticas abrevando en el marxismo, lo lleva de nuevo a Pereira donde lidera la lucha sindical. Allí fortalece sus lazos con el movimiento obrero.
Y de nuevo su trasegar por el Valle del Cauca, organizando a los trabajadores de la caña de azúcar. Más tarde por Boyacá, los santanderes y gran parte de Colombia.
Vinculado casi desde niño a las huestes del Partido Comunista de Colombia Marxista Leninista (PCC-ML), muy pronto accede a las posiciones de comando, primero como miembro de sus comité central a los 28 años y un poco más tarde a su dirección ejecutiva nacional.
Al momento de su muerte era vocero público del Ejercito Popular de Liberación (EPL) y miembro de la Comisión de Paz constituida por el presidente Belisario Betancur.
Y fue Oscar William, en el marco de los acuerdos firmados en Medellín en 1984 entre el gobierno y el EPL, el primero en proponer una Asamblea Nacional Constituyente (ANC) en Colombia, elegida por el constituyente primario, es decir por toda la población.
Este fue un llamado promisorio hacia un mejor mañana que con audacia juvenil lanzó Oscar Willian al país. Su propuesta no pasó inadvertida por la opinión y causó revuelo en las filas de la izquierda que la acogieron de inmediato con entusiasmo unitario, incluidos sus rivales del Partido Comunista Colombiano que ya se preparaban para el nacimiento de la Unión Patriótica tras los acuerdos de cese al fuego, tregua y paz firmados por el gobierno de Betancur con las FARC en 1983.
Esta esperanza abierta por Calvo solo tendría resolución seis años más tarde y tras duros años de violencia perdida, con las elecciones a la Asamblea Nacional Constituyente en diciembre de 1990.
Pero él ya había planteado un procedimiento similar al definido para el evento democrático de 1990 tras la exitosa séptima papeleta. ”…hemos dicho que se haga una consulta popular, un referéndum, simultáneo con las elecciones de 1986, bien sea en el de cuerpos colegiados o en las presidenciales, para que el pueblo decida si está o no de acuerdo con la convocatoria de una ANC, con poder decisorio y elegida por el voto directo y con plena participación de todos los sectores sociales y políticos del país”.
No sin razón la ANC en su instalación pública evocó el legado de este luchador por la democracia y la paz. Allí estaban sus compañeros de lucha del PCC M-L que firmarían la paz junto con el M-19 en los acuerdos de 1989.
En aquellas elecciones, el M-19 se convertiría en la primera fuerza de la ANC que junto con el partido liberal, sectores del partido conservador, la Unión Patriótica y movimientos sociales, promulgarían la Constitución de 1991.
Como todos los crímenes políticos en este país, sin excepción, su muerte y la de sus dos acompañantes, Alejandro Arcila, de 24 años, estudiante de Universidad Distrital y Ángela Trujillo, de 23, dirigentes de la Juventud Revolucionaria de Colombia, sigue en la impunidad.
En los hechos también falleció, por dos impactos en el cráneo, la señora Nohora Helena Arcila, quien pasaba accidentalmente por el lugar, la farmacia Ultramar.