MONTERÍA SE LLENÓ DE DOLOR Y DESTROZOS

Con la muerte de Jairo Alfredo Chávez Llorente, de 42 años, Montería no sólo perdió a un educador abnegado, sino a un dinámico activista cívico y hombre que a todos sus conocidos les brindaba servicio. Además no tenía ningún reparo en hacer un favor a través de su tercera actividad, la de prestamista.

eltiempo.com
Por: JAVIER FRANCO ALTAMAR
19 de diciembre de 1996
http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-667919

Como educador, había desempeñado una admirable carrera que lo llevó a conseguir, a través de la administración local, la construcción de un salón de actos en el Centro Docente de La Pradera, que ha merecido el reconocimiento como una de las mejores obras de su género en Montería.

Vivía a pocas cuadras de allí, con su esposa Yulieth Naar y sus tres hijos, quienes no terminan todavía de aceptar que Jairo se haya despedido de ellos a las 2 de la tarde del martes para volver a su casa, pocas horas después, en un ataúd.

La muerte lo sorprendió en otra de sus actividades, pues en el momento de la explosión de la bomba, él subía las escaleras del edificio Morindó para ultimar detalles de la compra de una cuenta. La cita era en la oficina de la Corporación Autónoma Regional de los Valles del Sinú y San Jorge (CVS), que también resultó averiada por la onda explosiva.

Para Ramiro Guerra Díaz, cuñado del occiso, lo ocurrido es hondamente repudiable porque una persona ajena a los problemas de violencia del país, no puede morir así.

Y con él, también se fueron el veterinario del Fondo Ganadero, José Contreras Montes: el celador del edificio, Félix José Miranda Gómez; y el ganadero Antonio Martínez Méndez.

Estragos La bomba explotó a pocos metros de la sede de la Federación de Ganaderos de Córdoba (Ganacor) ubicada en el tercer piso de la edificación. La onda explosiva pasó por los nueve pisos del edificio Morindó destrozando ventanales y tumbando cielos rasos.

Hasta la tarde de ayer, los peritos de la Policía y el Cuerpo Técnico de Investigación no habían podido encontrar pilas, ni rastros de mecha lenta para descifrar cómo fue activada la carga de 30 kilos de dinamita.

El comandante de la Policía de Córdoba coronel Gabriel Carrero Torres, no tiene todavía la certeza sobre quiénes pudieron perpetrar el hecho porque nadie se lo ha atribuido.

Luego de las primeras investigaciones, la Policía retuvo a dos hombres que departían en un restaurante. Fueron identificados como Vicente Páez García, de 33 años y Hernán Yánez Sánchez, de 21 años.

El coronel Carrero, aseguró que a los detenidos les fue hallada una lista donde aparecían los nombres de dos de los guardaespaldas del presidente de Ganacor.

También tenían en su poder 567 mil pesos en efectivo y cinco pares de gafas oscuras, lo cual sumado a la lista encontrada, ha ocasionado que la Fiscalía adelante contra ellos una investigación.

De los heridos, la mayoría de ellos han sido dados de alta. En cuidados intensivos permanecen la secretaria de Ganacor Rosario Berrío Cuitiva, quien había salido un momento de la oficina cuando explotó la bomba; y Joaquín Gómez, entre otros.

Los cuatro muertos del atentado, estaban siendo velados en su propias casas, y serán sepultados hoy a las diez de la mañana.