MATANZA EN UN HOTEL DEL CENTRO DE JAMUNDÍ

Los asesinos sacaron a las víctimas de las habitaciones y las remataron contra el suelo. La mayoría era gente que trabajaba en labores humildes. Autoridades manejan tres hipótesis sobre las causas y ofrecen recompensa de $50 millones a quien dé pistas de los sicarios.

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“Abran que es un allanamiento”, fue el grito con el que cuatro hombres armados de pistolas irrumpieron en el modesto Hotel Centro de Jamundí. Minutos después los atacantes masacraron a seis personas e hirieran a otras tres.

Según los testigos del hecho, los homicidas llegaron hacia las 4:00 a.m. vociferando insultos y pateando puertas. Violentaron las habitaciones número 8 y 21 y se llevaron a los ocupantes de éstas a otros dos cuartos del tercer piso.

Con ellos fueron arrastrados hacia la muerte algunos curiosos que todavía somnolientos salieron de sus habitaciones para ver qué sucedía. Todos fueron puestos boca abajo en el piso de los dos cuartos.

Luego, tres de los delincuentes bajaron las escaleras para asegurarse de que nadie entrara al hotel, ubicado en la Calle 11 con Carrera 8a., mientras el otro disparaba contra cada uno de los hombres tirados en el suelo.

Cada disparo y cada grito eran escuchados por los más de 20 temerosos huéspedes que se encontraban en la madrugada de ayer en el humilde hotel. Con los pestillos de sus puertas cerrados y algunos metidos debajo de las camas sólo les quedaba orar para que no los sacaran de sus cuartos.

“Le rogué a mi marido para que no saliera, pero él no aguantó el chisme y se fue a ver qué pasaba. Yo me quedé encerrada”, recuerda la esposa de Miguel Angel Yardio, uno de los heridos.

No habían pasado cinco minutos cuando las ráfagas de las pistolas dejaron de retumbar.

“Apenas dejé de escuchar los disparos me asomé al balcón y vi huira los sicarios en una camioneta Luv de color gris y en dos motocicletas de alto cilindraje”, recordó otro de los habitantes del hotel.

Cuando los demás huéspedes lograron vencer el miedo y salir de los cuartos encontraron una dantesca escena de sangre.

En el suelo de una de las habitaciones del tercer piso, rodeados de sangre y de vainillas de pistola nueve milímetros, yacían los cuerpos sin vida del administrador del hotel Luis, Carlos Galvis Viana, y de su hermano Javier. En el cuarto contiguo fueron hallados muertos el ayudante de bus Luis Eduardo Acevedo Bedoya y el carnicero Hugo Hernán Peláez Laguna.

Aún con vida fueron llevados a diferentes hospitales de Jamundí, Jorge Blanco, Arnobio José Díaz, Miguel Angel Yardio y Jorge García.

Blanco murió minutos después mientras sus compañeros de infortunio fueron trasladados al Hospital Universitario del Valle, HUV, en Cali, debido a su delicado estado de salud.

En la misma mañana de ayer, García, de 19 años de edad, murió en este centro médico.

Según algunos huéspedes del hotel, quienes tienen alquilado desde hace varios meses un cuarto, un hombre conocido como ‘El Indio’ también fue herido levemente.

Del ataque de los sicarios sólo una persona resultó ilesa. Esta relató a las autoridades que se salvó porque uno de los cuerpos le cayó encima.

Este testigo describió que tres de los asesinos eran de tez blanca y el otro era moreno. Asimismo, indicó que eran jóvenes con el cabello rapado.

Otra de las personas que estaba en el hotel informó que el sonido de las pisadas de los cuatro sicarios eran de botas.

LOS MóVILES

Aunque hasta el momento las autoridades no tienen claros indicios sobre los autores de la masacre, las investigaciones preliminares han arrojado tres hipótesis.

El comandante de la Policía Metropolitana de Cali, general Mario Gutiérrez, reveló que en meses pasados el hotel donde sucedió el crimen había sido allanado porque al parecer allí vendían droga y en ocasiones los cuartos eran alquilados por viciosos.

Este hecho habría originado que grupos paramilitares que operan en la ciudad hayan protagonizado un acto de la mal llamada ‘limpieza social’.

Otra de las versiones habla de una supuesta equivocación de miembros de la banda de sicarios y paramilitares de alias ‘Capachivo’, quienes estarían buscando en el hotel a hombres de las AUC de la zona al mando de un hombre apodado ‘Cara de Pollo’, al parecer por negarse a trabajar para Diego Montoya.

La última hipótesis, la cual no es muy creíble para los investigadores judiciales, se basa en un rumor que circula en Jamundí el cual habla de una supuesta graduación de miembros de una ‘oficina de cobro’, quienes para mostrarse ante sus jefes cometieron la masacre.

Pero mientras las autoridades unen todas estas piezas para esclarecer el múltiple homicidio, muchos de los huéspedes del Hotel Centro abandonaban sus cuartos, por el miedo de que los sicarios regresen.

Antecedentes

– El 23 de mayo pasado, cuatro presuntos miembros de la banda de sicarios Los Guacamayos, al servicio de Diego Montoya, fueron asesinados en una unidad residencial de Jamundí.

– Esa misma noche, antes del crimen, una balacera entre los ocupantes de dos vehículos, hizo que uno de los conductores perdiera el control y se

estrellara. En el choque murieron otras dos personas. Ambos casos están relacionados.

– En junio pasado, cuatro presuntos miembros de la banda de Los Guacamayos

fueron capturados en un hotel de Jamundí.

En sus propias palabras

“No podemos permitir que hechos tan dolorosos y penosos como estos sigan sucediendo en nuestro Departamento. No podemos seguir con estos hechos demenciales que en nada contribuyen a la democracia ni a la construcción de paz”: Angelino Garzón, gobernador del Valle.

“Este repudiable hecho es producto de la acción de personas desadaptadas a quien se debe castigar con todo el peso de la ley”: Wilson Sicacha, alcalde de Jamundí.