MASACRE RESTAURANTE LA SHANON

Barrancabermeja 30 de julio de 1992

PROYECTO COLOMBIA NUNCA MÁS ZONA 5ª
Comisión de Crímenes de Lesa Humanidad 1966-1998
CUARTO MODELO DE REPRESIÓN: Reingeniería Militar y Expansión del Paramilitarismo, 1991- 1994

El 18 de julio Alirio Quintero, ex agente del DAS quien trabajaba infiltrado en las empresas de transporte como informante de la V Brigada, abordó a PARMENIO RUIZ SUAREZ, Presidente del Sindicato de Choferes de la Empresa Transportes San Silvestre y le sugirió que abandonara la ciudad porque había orden expresa del Sargento Vice Primero de apellido Espinosa de asesinarlo. La amenaza se concretó el 30 de julio de 1992.

Días antes a su asesinato, Parmenio había denunciado la situación primero ante la Oficina de Investigaciones Especiales de la Procuraduría y luego -seis días antes de su asesinato- envió una nueva carta a la Procuraduría General de la Nación, en la que denunciaba la violenta persecución de que venían siendo objeto los trabajadores del sindicato y que durante ese año había cobrado la vida de 4 de sus afiliados. Igualmente, la carta denunciaba un plan contra la vida de otro compañero de trabajo, Gustavo Chinchilla Jaimes por parte de un Sargento de apellido Espinosa. Ante la gravedad de la amenaza y dados los antecedentes, el Sindicato solicitaba una “exhaustiva investigación”. La carta había sido también suscrita por GUSTAVO CHINCHILLA, Jefe de Tráfico de la empresa, víctima de amenazas anteriores y quien tuvo que salir de la ciudad a fines de julio. Gustavo fue luego asesinado en Bogotá el 29 de octubre de 1992 y su cuerpo hallado con fuertes signos de tortura.

La Procuraduría General de la Nación, mediante investigación realizada por una comisión especial asignada para tal efecto, concluyó que era evidente la relación de la Fuerza Pública, especialmente del Ejército con la masacre en la cual fueron asesinados Parmenio Ruiz y sus acompañantes. Refiere la conclusión de los investigadores que Alirio Quintero Quintero es una de las personas implicadas en los hechos. Aunque la V Brigada no aceptó tener a Quintero dentro de sus filas, se pudo establecer que había sido miembro de la Policía, de donde fue expulsado por mala conducta.

Corroborando las sospechas de la participación de organismos estatales en la masacre, y según la denuncia de Carlos David López Maquillón, las víctimas fueron ubicadas por Carlos Alberto Vergara, informante de la Red de Inteligencia de la Armada Nacional, quien se habría puesto en contacto con alias “El Ingeniero” y alias “El Gerente”. Estas altas directivas de la inteligencia militar dieron la orden de ejecutar a los sindicalistas.

Carlos David López Maquillón, Suboficial de la Red dice sobre el particular:

“El segundo caso que puedo mencionar de importancia es el relacionado con el asesinato de Parmenio Ruiz Suárez, Presidente del Sindicato de Choferes de la Empresa de Transporte San Silvestre, de René Tavera Sosa, dirigente de la ANUC-UR, Ligia Patricia Cortez, licenciada en filosofía que adelantaba campaña de derechos humanos en Barrancabermeja. Parmenio Ruiz era el que promovía paro de transportes, al miembro de la ANUC-UR, por serio se le sindicaba de ser subversivo, y Ligia Patricia Cortez, por adelantar campaña de derechos humanos, iba en contra de las fuerzas militares. La Red determinó esto a través de labores de inteligencia, básicamente estas labores fueron efectuadas por Carlos Alberto Vergara, quien efectuó seguimiento previo de las víctimas. La orden por parte del Director de Inteligencia de matar a Parmenio Ruiz ya estaba dada de antemano, por sus antecedentes, por informes previos. El día de los hechos Carlos Arturo Vergara se comunica con Juan Carlos Álvarez, quien tiene la orden previa de que a Parmenio había que darle: Juan Carlos se comunica con Julio Ernesto Prada, jefe de los sicarios, quien manda a otro sicario a quien yo no conocía, Carlos Alberto le señala las víctimas y se van. El otro sicario regresa luego con Julio, que llevaba una peluca. Se bajaron los dos para ejecutar el hecho, utilizaron pistola 9 mm., y no sé qué otra porque ellos tenían varias armas que nosotros comprábamos. Entraron en el restaurante Shanon y dispararon a las tres víctimas, quedaron amontonados, la señora quedó con el rostro hacia atrás, sentada… El resultado de la operación se comunicó directamente a Quiñónez, a través del ingeniero, recibiendo felicitaciones verbales”.

Pero es el mismo Carlos Alberto Vergara Amaya quien narra cómo fue el homicidio de estas personas, de la siguiente manera:

“En labores de inteligencia yo logré infiltrarme en el Barrio Boston de Barrancabermeja en donde pude conocer a Parmenio Ruiz, allí me enteré que esta persona junto con el comandante Orlando y el comandante Iván (Aníbal) eran guerrilleros que ordenaban hacer consejos de guerra a miembros de entes de seguridad del Estado en donde se les obligaba a unirse a la guerrilla o de lo contrario los mataban. Parmenio tenía como fachada el ser Presidente del sindicato de San Silvestre… Se perdió por unos días, pero a finales de junio cuando transitaba por la calle 10 a la altura del estadero Shannon, pude verlo en compañía de dos personas más que trabajaban en derechos humanos. Cuando yo detecté a Parmenio me trasladé a la casa de la Red a avisarle a Miguel y a Carlos y ellos se comunicaron telefónicamente con Juan Carlos quien dio luz verde para matarlo. De la casa salimos Otoniel y Cachetes, yo en bicicleta y ellos en moto, pasamos por el lugar y yo me quedé en donde se estacionan los buses, en el comisariato, al frente del Shanon, ellos llegaron al lugar, Cachetes se quedó en la moto y Otoniel bajó, ingresó al sitio y le disparó a las tres personas con pistola 9 mm, creo que fueron de 10 a 12 disparos. Parmenio calló (sic) de la silla quedando contra la pared, igual que la señora Ligia Patricia, que trabajaba en derechos humanos quien quedó con la cabeza hacia atrás. Luego del operativo di una vuelta y volví al sitio, miré para verificar yo me di cuenta de que estaban efectivamente muertos, avisamos a la Red y Juan Carlos nos felicitó por los resultados”. El testimonio no puede ser más claro y sin embargo, contra todas las evidencias, la Inteligencia Militar del Batallón Nueva Granada responsabilizó de la masacre a la guerrilla”.