El asesinato de cinco personas en dos establecimientos públicos de Saravena obligó a la militarización del casco urbano de esa población araucana.
eltiempo.com
24 de julio de 2003
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El asesinato de cinco personas en dos establecimientos públicos de Saravena obligó a la militarización del casco urbano de esa población araucana.
El alcalde encargado, Hernando Fajardo Salazar, presidió ayer un consejo extraordinario de seguridad para analizar la situación de orden público y coordinar los operativos militares y policiales para encontrar a los responsables del crimen, que aún están por establecerse.
Fuentes de la Alcaldía aseguraron que tienen versiones que señalan a los paras , voceros policiales dicen no tener pistas sobre los autores del hecho.
Según la inspección de policía de Saravena, varios desconocidos irrumpieron hacia las 9 de la noche en el bar El Caney, en la periferia de la ciudad, y dispararon con armas de fuego contra un grupo de hombres que departía en una mesa.
En el ataque murieron Uriel Ortiz Coronado, de 28 años y funcionario de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Saravena, y los trabajadores de la empresa de lácteos Giraldo, Gerson Silva Delgado, de 25; Henry Bautista González, de 25; y Flavio Torra Reyes, de 34.
El levantamiento de los cuerpos se hizo hacia las 9:30 de la noche.
Una hora más tarde, otros desconocidos ingresaron al bar La casa de Fernando y dispararon varias veces contra Argemiro Bustacara Morales, de 38 años, abogado del Hospital del Sarare, San Ricardo Pampuri, quien murió allí.
La inspectora, Sandra Helena Martínez, dijo que no tenía denuncias sobre amenazas.
El alcalde dijo que hace varios días los pobladores hablan de haber visto extraños en el pueblo.
Este es el tercer hecho de orden público en los últimos 11 días.
El lunes de la semana pasada, cuatro personas fueron heridas en un hostigamiento contra la Fuerza Pública, y dos días después, en un nuevo ataque a las tropas murieron dos civiles y siete más resultaron heridos.
Ayer la situación era de tensa calma en esta localidad del Sarare. Unidades del grupo Rebéiz Pizarro y de la Policía mantenían el control en la población.