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Actualidad Edición No. 87 -8 de marzo-2005
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El padre Alcides Jiménez Chicangana, párroco de la población de Puerto Caicedo (Putumayo), fue muerto a tiros el 11 de septiembre de 1998, por dos hombres que le dispararon cuando celebraba la eucaristía en la iglesia de Nuestra Señora del Carmen. Herido, el religioso trató de ocultarse en la casa cural, donde fue rematado por sus atacantes, quienes huyeron aprovechando la confusión. Horas antes de su muerte, el sacerdote de 49 años participó en una marcha programada dentro de los actos de la Semana por la Paz. Había expresado temor porque según él, varias personas estaban interpretando mal sus programas a favor de la comunidad. El crimen fue atribuido inicialmente a grupos paramilitares, que habrían acusado al padre de ser presunto auxiliador de la guerrilla. Posteriormente, el ejército acusó a las FARC de ser las autoras del hecho. Sin embargo, testigos del crimen contaron a varios medios de comunicación que los asesinos se identificaron como paramilitares. El padre llevaba más de 20 años en Puerto Caicedo y estuvo trabajando en un proyecto de desarrollo comunitario, con la organización alemana Misereor.