LOS SICARIOS LLEGARON DE MEDELLÍN: POLICÍA

eltiempo.com
29 de julio de 1991
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El comandante de la Policía Metropolitana de Cali, coronel Ismael Hidalgo Vidales, señaló como cabecilla del grupo que perpetró la matanza de 15 personas el pasado sábado en el estadero Las Brisas de Cali, a un hombre identificado como Albeiro Ospina. El saldo fue de 15 personas muertas y 15 más heridas. Ninguna registraba antecedentes penales. Los sicarios, según la información oficial, llegaron el jueves de Medellín.

Llovíó plomo de todas partes , dijo uno de los testigos. El ataque fue cometido por encapuchados que vestían de negro, portaban brazaletes rosados y que llegaron al lugar en una camioneta Ford 350.

Durante casi cinco minutos, según dijo uno de los sobrevivientes, el grupo criminal disparó inscriminadamente contra las personas que departían en el lugar.

Algunas de las personas blanco del ataque desenfundaron sus armas, y respondieron al fuego, lo cual provocó un súbito intercambio de disparos. Se desconoce si alguna de las víctimas o heridos hacían parte del grupo atacante.

La masacre fue repudiada por las autoridades militares y eclesiásticas, al igual que el gobierno local, que pidieron colaboración a la ciudadanía para esclarecer los hechos.

La violencia volvió a apoderarse de la capital del Valle.

15 personas resultaron muertas y otras 13 heridas, cuando hombres encapuchados que portaban subametralladoras y fusiles R-15, irrumpieron en el Balneario Las Brisas, ubicado en la vía que de Cali conduce al municipio de Jamundí, sur del departamento.

Los hechos ocurrieron a las 8.50 de la noche del sábado. Los asesinos, cuyo número se desconoce, vestidos de negro, con brazaletes de color rosado en el brazo izquierdo, llegaron al citado lugar en un camión Ford 350 de color blanco y dispararon indiscriminadamente contra las personas que allí se encontraban.

Una vez cometida la matanza, los sicarios abordaron el camión en el que llegaron y un taxi de placas VJB 339, que se encontraba parqueado frente al balneario, y emprendieron la huida.

Fueron cinco minutos de tiroteo. Llovía plomo de todas partes y muchos de los asistentes buscaban resguardo en las mesas y asientos dijo un testigo que pidió no ser identificado. Algunos lograron llegar hasta los baños del restaurante y se escondieron. Los que estaban cerca a la entrada fueron los primeros en caer baleados .

Según las autoridades, las víctimas eran gentes de bien, varios de ellos empleados de conocidas empresas de Cali. Ninguna tenía cuentas pendientes con la justicia, al parecer, fueron elegidas al azar por los asesinos.

Otro testigo dijo que la matanza no fue más numerosa porque algunas de las personas que se encontraban en el estadero del balneario portaban armas y contestaron el fuego.

El comandante de la Policía Metropolitana, coronel Ismael Hidalgo Vidales, dijo que el grupo de terroristas estaba comandado por un hombre identificado como Albeiro Ospina. Confirmó que desde hacía varios días los organismos de seguridad habían sido notificados de movimientos sospechosos por parte de un grupo de desconocidos. Ante la situación fueron adoptadas medidas especiales de seguridad.

El oficial dijo también que Ospina y su grupo, conformado por unos diez hombres, provenían de la capital de Antioquia y desde el jueves anterior se encontraban en la capital del Valle.

Un juez sin rostro asumió la investigación de la masacre, tomó las primeras declaraciones de los sobrevivientes y dispuso medidas de seguridad para los heridos que se encuentran atendidos en los centros asistenciales de la ciudad.

Las víctimas

Según el informe oficial de la Policía Metropolitana, inicialmente, en la acción murieron Harold Salazar Umaña, de 28 años de edad, vigilante de la empresa Autovalle; Carlos Humberto Maya Rojas, de 33; el taxista Mario Emiliano Aullón Manchola. de 39; Jhon Jairo Vivas García, de 25, guarda de tránsito municipal; Fernando Pío Buenaventura Herrera, de 39, gerente de la agencia de viajes Río Lili; Carlos Eduardo Cabrera, de 32; Luis Eduardo Basante, de 25.

Posteriormente, luego de ser trasladados al hospital Universitario Evaristo García, fallecieron Iván Félix Basto, de 29; portero de Las Brisas, José Omar Vásquez, de 35; Jair Giraldo, de 41, vendedor de la empresa Fruco; Jorge Rubio Otero, de 35. En la Clínica San Fernando fallecieron el comerciante José Edier García, de 56; Gerardo Rincón Muñoz, de 72, y Yolanda Ríos, empleada de Fruco.

Los heridos fueron identificados como Agustín Coral Hernández, vigilante del parqueadero Las Brisas; Héctor Gabriel Ortíz Ramírez, estudiante de Derecho; Edith Ochoa Varco, Iván Vanegas Hernández, Orlando de Jesús Hoyos Duque y Ana Have Judeth, de nacionalidad sueca; Jair López Grajales, comerciante; Antonio López Ramírez, Hernando Echeverry Correa, Jesús Antonio Ramírez Briceño, Fernando Echeverry García, Ana Cecilia Arango y Harold Arias Zuluaga.

Voceros de los centros asistenciales afirmaron que algunas de las víctimas presentan heridas en la cabeza y su estado de salud es grave, por lo que teme su fallecimiento en próximas horas.

La masacre fue repudiada por el arzobispo de Cali y presidente de la Conferencia Episcopal colombiana, monseñor Pedro Rubiano Saénz, quien pidió a las autoridades caleñas descubrir y castigar a los responsables y afirmó que este atentado contra la paz no puede quedar en la impunidad.

No podemos seguir conviviendo tranquilamente con estos hechos sangrientos sin que haya una respuesta efectiva por parte de las autoridades y la ciudadanía. Una noticia tan estremecedora como esta tiene que sacudir la pasividad de las gentes que al parecer se vuelven indiferentes, a tal punto de convivir con la violencia reflejada no solamente en los asesinatos . 55 muertos en masacres Ocho matanzas colectivas se han registrado durante 1991 en diferentes sitios de la capital vallecaucana.

A finales de enero, en una residencia del barrio Siloé, parte alta de Cali, tres jóvenes fueron asesinados por encapuchados.

El 5 de febrero, desconocidos dieron muerte a cuatro indigentes que dormían en los andenes de las bodegas del Ferrocarril.

El 6 de febrero, en una casa del barrio Belén, en el mismo sector de Siloé, murieron baleados tres hombres y un cuarto llevado a la fuerza, quien posteriormente fue asesinado en otro lugar de Cali.

El 4 de marzo, en el barrio Puente Palma, al suroriente caleño, fueron acribilladas cinco personas, entre ellos cuatro jóvenes, por desconocidos que se movilizaban en un automóvil Mazda.

El 9 de marzo se registraron dos masacres simultáneamente. Encapuchados incursionaron en el sector de la Mina, Siloé, y asesinaron a seis personas. En Colseguros, al oriente, otras cinco personas fueron acribilladas por pistoleros en la fuente de soda Melodías.

El 28 de abril, en el centro penitenciario de Villahermosa, desconocidos ingresaron al patio 4 y lanzaron granadas contra tres detenidos, sindicados de pertenecer al cartel de Medellín y de haber participado en la matanza de la finca Los Cocos, en Candelaria, ocurrida el 26 de septiembre de 1990, donde murieron veinte personas.

El 10 de mayo, en la miscelánea El Rinconcito, ubicada en el barrio Alameda, sur de la ciudad, desconocidos asesinaron a nueve personas y dejaron a otras seis gravemente heridas. Los criminales viajaban en un Renault 4 de color rojo y sorprendieron a sus víctimas cuando estas observaban el partido de futbol entre Nacional de Medellín y América de Cali.

El 26 de junio, desconocidos dieron muerte a cinco personas, miembros de una misma familia el padre y sus cuatro hijos en el corregimiento de Rozo, aledaño a Cali. Los sicarios sacaron a sus víctimas de su residencia y las asesinaron una por una.