LLEGARON DE PAGAR UNA PROMESA Y DESAPARECIERON

LAOPINION.COM
13 de diciembre de 2009
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El joven Diosemiro llegó de Venezuela, estuvo en Ocaña y desapareció misteriosamente en Villa del Rosario, en compañía de José Trinidad.

El hecho sucedió hace cuatro meses y nadie sabe nada de la suerte que corrieron los hermanos Benítez Díaz.

Diosemiro padece de leucemia aguda. Por esa razón estuvo vinculado a la Alianza para la prevención y el tratamiento del cáncer en el niño (Sanar).

El sábado primero de agosto de este año, los familiares lo llevaron al santuario de la Virgen de Torcoroma, en la ciudad de Los Caro. Se trató de un viaje para pagar una promesa.

Luego de encomendar al muchacho de 18 años para buscar ayuda divina contra la enfermedad que lo afecta, retornaron a Cúcuta.

El martes 4 de agosto empezó la pesadilla que todavía no tiene fin. José Trinidad salió con Diosemiro para ‘El club de Solteros’, en Villa del Rosario.

Aquél día, a las 8:30 de la noche, se produjo el último contacto por teléfono celular de la familia con ambos.

Debido al mal que lo afectaba, era prácticamente un niño especial, que además sufría de la desviación de un ojo.

En la llamada, José les ratificó a los familiares la decisión de llevarse a su hermano enfermo para un bar, para que se divirtiera. A la farra los acompañó Jaider Enrique De Ávila, de 27 años.

Los tres ingresaron a un negocio de diversión nocturna en Lomitas (Villa del Rosario).

Hacia la media noche, de acuerdo a las versiones recogidas por los allegados, al lugar que describieron como un prostíbulo arribaron seis hombres fuertemente armados. Era la media noche.

Los individuos e hicieron pasar como miembros de la Sijin, según expuso el padre de los desaparecidos en la solicitud de activación del mecanismo de búsqueda urgente que presentó a la Fundación Progresar, el 9 de diciembre.

Familiares que hablaron a condición de no identificarse, dijeron que a los hermanos Benítez Díaz los golpearon, esposaron y obligaron a subirse a una camioneta gris. Así lo dijeron, basados en testimonios de personas que laboraban en el establecimiento.

A Jaider Enrique, los captores lo metieron y se lo llevaron en un carro Corsa. En ese vehículo él había llegado con los otros dos acompañantes al sitio de diversión.

Días después, De Ávila fue encontrado muerto en un paraje solitario.

José Trinidad, de 22 años, tenía una cadena de oro gruesa y grande y un reloj de oro. Trabaja como gasolinero, en Arauca, con un camión.

De esta doble desaparición hay denuncias ante la Fiscalía, el CTI, la Policía y la Defensoría del Pueblo, en Norte de Santander.

La familia Benítez Díaz espera cualquier información en el teléfono 311-5001674 para “que nos entreguen a los muchachos vivos o muertos. Es lo único que queremos”.