El año nuevo en Barrancabermeja ha sido tan violento como terminó el 2000. En apenas 10 días de enero en la ciudad santandereana han ocurrido 25 muertes violentas, entre asesinatos selectivos y atentados terroristas, que lo muestran como uno de los más trágicos del último lustro.
eltiempo.com
ARTURO PEÑALOZA
Corresponsal de EL TIEMPO
11 de enero de 2001
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Esta situación ha llegado al punto que el Gobierno estudiaba ayer en un Consejo de Seguridad en Bogotá cómo enfrentar el problema de la ciudad. Comerciantes, secretarias, empleados, líderes comunales, obreros, taxistas y desempleados integran el listado, del que nadie quiere pertenecer, que causa dolor a varias familias barramejas.
Las autoridades atribuyen los hechos a la guera declarada entre los grupos de autodefensas que quieren hacer presencia en la zona y las guerrillas del Eln y las Farc que durante años han dominado los sectores desprotegidos de Barrancabermeja.
Los ataques.
Pese a que no hubo víctimas, el año nuevo comenzó con un carro bomba que fue detonado a las 3 de la mañana del 1 de enero frente a las nuevas instalaciones del DAS y a escasos 100 metros del Batallón Nueva Granada.
La primera muerte del año ocurrió el mismo 1 de enero. Se trató del comerciante Alexánder Quintero, un joven sangileño, de 25 años, que cayó en manos de desconocidos en la avenida del Ferrocarril. A Mario Rodrigo Mendoza Romero, la segunda víctima, de 23 años, los asesinos le llegaron el miércoles 3 de enero por detrás donde la muerte lo alcanzó el barrio Las Margaritas. Los sicarios le propinaron 31 balazos.
Luego, los homicidios se intensificaron. La noche del miércoles 3 fue asesinada la secretaria Claudia María Sánchez Herrera, de 28 años, por cuatro hombres encapuchados que la sacaron a empujones en un taxi del barrio Primero de Mayo y a la entrada del barrio El Chicó le propinaron 8 disparos en plena vía pública.
Media hora después, la muerte tocó la puerta de Hernando José Grau Contreras, un desempleado, de 35 años, a quienes persiguieron hasta la cancha del barrio Primero de Mayo y varios jóvenes le dieron muerte.
Más muertes.
El jueves, al mediodía, fueron hallados en la vía al corregimiento El Llanito los cuerpos sin vida de Juan Carlos Cadavid, ex conductor de taxi, de 23 años, y Rodolfo Carballido Mejía, de 24, que habían sido sacados de los barrios 30 de Agosto y Villafadua, en el nororiente, en un taxi que fue lanzado a una cuneta.
Tres nuevos homicidios ocurrieron el viernes en distintos sectores de la ciudad. A las 7:15 de la mañana dos hombres ingresaron a la casa del empleado Hermes Leonardo Rodríguez Martínez, de 33 años, en el barrio El Campestre, y le propinaron varios disparos cuando se dirigía al baño. Dos horas después la nueva víctima fue Oscar Alfonso Del Cristo Alvarado, trabajador de Obras Públicas, de 47 años, a quien le dispararon por la espalda en el barrio Palmira.
El trágico día continuó una hora después con la muerte del líder comunal Guillermo Marín Sandoval, de 48 años, quien fue asesinado por varios hombres en su casa en el barrio Minas del Paraíso.
Una bomba.
Pero las víctimas no son solo selectivas. En el atentado dinamitero del sábado 6 de enero, cuando a las 3 de la tarde un cilindro bomba cargado con 100 kilos de nitramón estalló al paso de una tanqueta de la Policía, en el sitio denominado Pozo Siete, fallecieron la señora Mérida Contreras, de 34 años, y su hijo Braulio Castillo Contreras, de 12, en el momento en que se dirigían a pie del barrio Villarelis a La Esperanza.
Esa misma noche fueron asesinados Juan Manuel Rivera Hernández, empleado de la Secretaría de Gobierno de la Alcaldía y dirigente comunal, de 36 años. Quince minutos después mataron a María del Rosario Velasco, líder comunal, de 37 años, a quien le dieron muerte en su casa en el barrio El Palmar. Y minutos más tarde, en el barrio El Cerro, fue muerto Tomás Antonio Suárez, de 33 años, quien trabajaba en oficios varios.
El domingo, casi a la media noche, varios hombres sacaron de sus viviendas del barrio Provivienda, en el nororiente, a los jóvenes Jorge Armando Rangel Gutiérrez, de 18 años; Omar Salazar Rueda, de 19, y José Carlos Flórez Nis, de 21, a quienes asesinaron en sectores del Primero de Mayo y Las Américas. Los tres estaban desempleados.
El mismo día, fueron hallados los cuerpos del conductor Alejandro Ospino Moreno, de 50 años, en el barrio El Campín, y José del Carmen Lamprea Agudelo, de 35, a quien lo sorprendieron jugando cartas en el barrio La Esperanza.
La muerte siguió rondando la ciudad el lunes, cuando a las 3:10 de la tarde dos sujetos en motocicleta mataron en el barrio El Recreo al obrero Alberto Flórez Medina, de 33 años. A las 10 de la noche fueron hallados sin vida en el barrio La Esperanza, en el nororiente, los taxistas Manuel Antonio Torres Parra, de 38 años, y Martín Ulloque Rodríguez, de 36, rematado en el baúl del vehículo.
Los taxistas volvieron a ser blanco el martes, cuando a las 8:30 de la mañana, fue atacado Luis Eduardo Chacón Muñoz, de 37 años. En la tarde, las autoridades rescataron del río Magdalena en avanzado estado de descomposición el cuerpo de un hombre que no ha sido identificado, entre 35 y 40 años, muerto y lanzado al caudal.
Y ayer ocurrió la última víctima con el asesinato en el barrio La Esperanza de Deivid Rodríguez, de 18 años, un estudiante de noveno grado. Mientras tanto, el temor de los habitantes de esta ciudad crece con la lista diaria de muertos.