eltiempo.com
5 de marzo de 1993
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La época de las masacres en la región bananera de Urabá se revivió ayer con la incursión de un grupo armado que mató en una finca a seis campesinos, militantes del movimiento Esperanza, Paz y Libertad. Otros dos resultaron heridos. Esta nueva acción violenta fue recibida por el movimiento político y el Sindicato Nacional de Trabajadores del Agro (Sintrainagro), como el acorralamiento total por parte de la guerrilla, que ha asesinado este año a 48 trabajadores y a seis miembros de la directiva del sindicato.
Inicialmente la masacre de ayer fue atribuida a la Coordinadora Guerrillera (CG), que según dirigentes políticos de la zona posee un comando especial para asesinar a los reinsertados y seguidores de Esperanza, Paz y Libertad.
Ese comando estaría conformado por el quinto frente y las Milicias Bolivarianas de las Farc, y por el grupo de Francisco Caraballo, que viene asesinando desde hace dos años a los reinsertados de Esperanza, Paz y Libertad.
En la finca La Mora se encontraban a las seis de la mañana de ayer cuarenta trabajadores. Hasta la empacadora, donde se distribuían las labores del día, llegaron siete hombre y una mujer armados, encapuchados; unos vestían de civil y otros con uniformes camuflados y verdes de la Policía. Sacaron aproximadamente a diez personas, a las que llamaron por su nombre. Una vez afuera, les dispararon y huyeron.
Murieron Arturo Murillo, William Pájaro, Ana Acosta Ruiz, José Ercilio Quinto, Orlando Ortega y un joven reconocido sólo como Johny.
Dagoberto Herrera Márquez, desmovilizado del Epl, y Jairo Bedoya resultaron heridos y se salvaron de morir porque sus compañeros cayeron encima de ellos al recibir los primeros disparos.
Tanto los obreros muertos como los heridos eran representantes de los trabajadores y de Esperanza, Paz y Libertad en las fincas.
La finca está situada en la carretera central que va del municipio de Apartadó al corregimiento de Currulao, en el municipio de Turbo.
En los últimos meses entre los trabajadores ha crecido el miedo a salir de las fincas, pues se ha denunciado la desaparición de varios de ellos.
Esta masacre ocurrió a pocas horas de otro asesinato colectivo ocurrido en la finca El Retorno. Allí, 20 guerrilleros mataron al gerente de producción Heriberto Rodríguez, al administrador Enrique Bastidas y al agrónomo Horacio Ferrer.
Este año ha habido cuatro masacres en fincas de Apartadó. En las otras dos murieron seis personas y dos resultaron heridas. En una de estas matanzas cayó el concejal Pedro Germán.
Las masacres de esta semana estuvieron precedidas por el asesinato el sábado pasado de Oliverio Molina, secretario general de Sintrainagro y exconcejal en Apartadó por la Unión Patriótica. Este crimen y el de muchos trabajadores y militantes de políticos, principalmente de Esperanza, Paz y Libertad, provocó la recomendación presidencial de implantar el toque de queda en los muncipios más violentos de la zona. Esta medida no fue aceptada por los alcaldes de Apartadó, Turbo, Carepa y Chigorodó, muncipios que conforman el Eje Bananero.