LA ANIQUILACIÓN DEL MOVIMIENTO COMUNITARIO EN LOS AÑOS NOVENTA EN AGUACHICA

PROYECTO COLOMBIA NUNCA MAS – INFORME ZONA V
El Sur del Cesar: entre la acumulación de la tierra y el monocultivo de la palma
http://movimientodevictimas.org/~nuncamas/images/stories/zona5/SURDELCESAR.pdf.

Los movimientos sociales en Aguachica tienen una raigambre de largo aliento, pues ya en los años ochenta el grupo Comuneros 81, había protagonizado varios paros cívicos con el fin de exigir al gobierno departamental y nacional la construcción de infraestructura para el municipio. A pesar de la pronta desaparición de este movimiento, su influencia se reprodujo cuando en 1989 se reactiva el movimiento comunero a raíz de un paro y de marchas cívicas por el derecho a la vida y la participación popular. Esto ocurrió en medio del incremento de la guerra sucia, donde los intereses estatales y elitistas perseguían la recuperación de la zona administrativa, política y militarmente, para garantizar la sexigencias de los gremios económicos de Aguachica con relación al funcionamiento de multinacionales petroleras y grandes industrias agrícolas. Según las investigaciones, la mayoría de los crímenes eran cometidos por miembros del DAS, la policía o el ejército, en asocio con grupos paramilitares, los cuales incrementaron la guerra sucia contra el movimiento popular, originando desplazamientos masivos y creando unas condiciones en las que no se podía solicitar colaboración de las autoridades.

Al año siguiente de clausurada la Asamblea Nacional Constituyente, se organiza en Aguachica un movimiento comunitario con la idea de expandirse por toda la región y dar respuesta a los problemas de la comunidad sin acudir a los partidos tradicionales, quienes la mayoría de veces servían a los intereses de los grandes terratenientes de la zona, dejando a un lado las exigencias de las personas de las clases populares. La nueva constitución generó tal entusiasmo en algunos grupos regionales, que decidieron organizarse y convertirse en opción para llegar a la alcaldía. Así nace el Movimiento de Acción Comunitaria, MAC, que agrupa a todas las organizaciones de Acciones Comunales de la región y que en el año de 1992 conquistó la alcaldía y logró la elección de tres concejales. La alegría no fue completa y la reacción de quienes veían su poder amenazado no se hizo esperar pues al mismo tiempo que ganaron las magistraturas recibieron amenazas de muerte. Las amenazas provenían tanto del ejército como de los paramilitares, para ambos las organizaciones comunales eran focos desde los cuales los grupos insurgentes desplegaban su actividad política. Así lo consigna un documento elaborado por la inteligencia militar titulado “Últimas informaciones del enemigo” donde dicen que ese movimiento social es un brazo político del ELN; afirmación curiosa, pues los integrantes de la misma asociación política dicen que recién fundado el movimiento uno de sus miembros fue asesinado por el ELN. Además de la acusación reseñada, los miembros de la inteligencia militar elaboraron a mediados de 1995 una lista de personas activas públicamente que consideraban subversivos.

La escalada de asesinatos contra el MAC terminó en el año de 1997, año en el que según el observatorio de derechos humanos de la presidencia descendió la tasa de asesinatos en la población urbana en Aguachica. De esta manera, se identifica la protesta social con la subversión, se perpetúa la lógica castrense del enemigo interno cuyo equivalente paramilitar es la denominación de auxiliador de la guerrilla y que ve en todo movimiento reivindicativo una infiltración de la insurgencia. La finalidad de este tipo de ideologías es el mantenimiento de un estado de cosas que beneficia a los ganaderos y a los agroindustriales, ahogando en sangre cualquier intento comunitario por transformar su presente de explotación, pues ésta forma de operar “destruye organizaciones, acaba con la vida de dirigentes populares, con lo que se pierden valiosos liderazgos y acumulados históricos, y limita la necesaria autonomía del mundo social”.

El Movimiento de Acción Comunitaria ganó las elecciones para alcalde municipal y tres concejales para el período del 1992-1994; pero, de manera paralela a la consecución de estos escaños públicos, se incrementa el hostigamiento en contra de los dirigentes. En varias oportunidades aparecieron pasquines denigrando del movimiento y amenazando a sus líderes. Entre estos a MANUEL ANGEL MEJIA alcalde municipal, CARLOS LOZANO LOBO secretario de gobierno, ERNESTO FERNÁNDEZ, coordinador de deportes, HUMBERTO LOPEZ, tesorero, MIGUEL OLAYA, GUSTAVO CONTRERAS jefe de prensa, JAIRO BARAHONA miembro del Comité de Derechos Humanos, entre otros. En la zona actuaba el grupo paramilitar autodenominado “Cirugía”.