FINCA LA RUBIERA 1968
Hechos
Víctimas en estos hechos:16 (Asesinadas: 16 - Desaparecidas: 0)
En enero de 1968 fueron asesinados 16 INDÍGENAS, entre ellos varios niños, en la finca La Rubiera, Arauca.
Relata la fuente: ''Para el indígena guahibo, la propiedad de la tierra era indivisible e inalienable; la tierra que ocupaban era la de sus antepasados, sus abuelos, sus padres y ahora la de la comunidad guahiba sobreviviente. La sabana donde cazaban, los lagos donde pescaban y todos los animales que allí moraban eran de ellos. Con el asentamiento de colonos en la región, que traían consigo ganado que soltaban en las praderas, se fueron reduciendo los territorios de caza; los venados y otros animales comenzaron a escasear, y esto obligaba a los indígenas a matar una que otra res de las que habían llevado los colonos y que vagaban por sus sabanas, para poder sobrevivir.
Pero la forma en que el indígena percibía la tierra era muy diferente a la del colono, quien consideraba al indio como un animal dañino que había que exterminar. Los colonos decían que los indígenas eran tramposos, mentirosos, y lo comparaban con el tigre, considerando al indio más peligroso, pues según ellos el ganado aun no tenia forma de defenderse del ataque del indio, en cambio del tigre sí lo hacía formando círculos, dejando a los becerros en el centro, luego las vacas y finalmente los toros padres, para que estos últimos enfrentaran al tigre. Ante esto los blancos, o ''racionales'' como los llamaban los indígenas, organizaron cacerías humanas conocidas como ''guahibadas'', que consistían en reunir a un grupo de colonos vecinos y salir a cazar indígenas. Dicha cacería no terminaba hasta que no daban muerte a hombres, mujeres y niños. Según Horacio Atuesta Ángulo, quien publicara un articulo sobre el tema en el diario El Tiempo, titulado ''Cacería del hombre por el hombre'', él fue invitado por los colonos a una de estas cacerías de indios y cuando trató de disuadirlos de tal fin, la respuesta que recibió fue que eso era algo tan normal como matar tigres, 'porque el tigre también se come el ganado'''.
Un ejemplo claro del intento de los colonos por exterminar a los indígenas, fue la masacre de La Rubiera en Arauca, en enero de 1968, donde fueron asesinados 16 indígenas, entre ellos varios niños. En esa ocasión los colonos de la región vieron a algunos de estos cerca de sus viviendas, sintieron temor y decidieron deshacerse de ellos; pensaron en asesinarlos en un lugar cerca de un río, pero pensaron que algunos de ellos podrían escapar. Para evitarlo. Idearon otra estrategia criminal, que consistía en reunirlos a todos en una vivienda de la finca La Rubiera y darles muerte allí. Fue así como los invitaron a una comida en dicha finca y lograron que llegaran 18 en total. Cuando los invitados se sentaron a la mesa, los asesinos, que se encontraban ocultos, salieron ante una señal acordada, y a tiros y machetazos dieron a muerte a 16 de ellos; los otros 2 lograron escapar. Los asesinos, después de perpetrado el crimen, amarraron los cadáveres de los indígenas a las colas de los caballos, los llevaron a un lugar cercano, les rociaron gasolina y les prendieron fuego. Entre tanto los que lograron escapar, después de varios días de largas caminatas. llegaron hasta las autoridades y denunciaron el crimen.
Cuando las autoridades se acercaron al lugar, uno de los asesinos confesó como la cosa más normal del mundo, haber asesinado a 40 indígenas; otro dijo que para él los indios se parecían mucho a los monos, con la sola diferencia de que estos animales no eran tan dañinos, pues no robaban ganado. Según declaraciones dadas a un diario por Carlos Gutiérrez Torres, ex juez de Villavicencio que inició la investigación por la masacre de La Rubiera, el crimen se debió, no a la perversión de los victimarios, sino a la ignorancia de estos y al temor de ser blanco de la furia indígena. Según Gutiérrez Torres, la espontaneidad con la cual los asesinos iban contando, uno a uno, el crimen que habían cometido, lo llevó a concluir que no se trataba de delincuentes natos, peligrosos o perversos, porque el que no tiene compasión realiza el delito y busca la manera de evadir la justicia negando los hechos, buscando coartadas y, en fin, haciendo todo lo posible para que el crimen quede impune''.
Fuentes:
- 1-COLOMBIA NUNCA MÁS Zona 7ª Capítulo I • Violencia contra los Indígenas - Aceptación social del exterminio: CASO PLANAS