eltiempo.com
2 de febrero de 1995
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A cuatro se elevó ayer el número de jóvenes hallados muertos después de haber sido secuestrados el pasado fin de semana en Tuluá, en el centro del Valle del Cauca. Dos más siguen desaparecidos.
La Policía del Departamento ofreció una recompensa de diez millones de pesos por la información que permita dar con los autores de secuestro y homicidio.
Ayer, en la madrugada, fueron hallados los cadáveres mutilados y decapitados de Omar y Rodrigo Carmona Castañeda, en aguas del río Cauca, en jurisdicción del municipio de Bolívar, en el norte del Valle. Sus hermanos Erney y Henry habían sido hallados en idénticas condiciones el lunes también en el río, en cercanías de Riofrío.
El comandante de la Policía del Valle, coronel Heriberto Manuel Nuñez Isaza anotó que se pidió la asignación de un fiscal especial que tendrá la colaboración de la Policía local, del Valle, Dijin , Sijin, Das y Policía Antinarcóticos.
También la dirección general de la institución, además de ordenar la recompensa, determinó que los jóvenes que se adiestran en la Escuela de Policía General Santander apoyen la investigación.
Sobre los pormenores del secuestro se informó que las autoridades recibieron en la madrugada del viernes una llamada desde un expendio de carnes de la plaza de mercado local, alertando sobre la presencia de personas sospechosas. Con base en esa información, se retuvo a los hermanos Omar y Henry Cardona y a su amigo Horacio Londoño Zapata, quienes fueron llevados a la permanencia de Tuluá. El secuestro de los tres se produjo horas más tarde en la Inspección Tercera, donde rendían declaración.
Los otros dos hermanos Cardona, Ferney y Erney, y su amigo Víctor Angulo, se acercaron a la Permanencia a indagar por la retención de sus allegados, y también fueron secuestrados por hombres armados.
Además de las investigaciones para dar con los autores de las muertes, el juzgado 52 de Instrucción Penal Militar se encargará de definir si hubo negligencia policial en este caso Mientras tanto, el comando de la Policía del Valle asignó un grupo de agentes para custodiar la vivienda de la familia Carmona Castañeda e implementó retenes y patrullajes en la ciudad.