A las 5:30 de la tarde del pasado miércoles, José Orlindo Serna, ex combatiente del Ejército Popular de Liberación (EPL), salió de la sede política del movimiento en Apartadó (Urabá antioqueño) hacia un barrio cercano. Antes de llegar a su destino, le hicieron tres tiros. Algunas personas que estaban ahí lo recogieron y lo llevaron al hospital. Iba malherido y lo único que alcanzó a decir fue que habían sido los gavilanes, apodo con el cual se conoce a la disidencia del EPL. Al día siguiente falleció.
eltiempo.com
12 de abril de 1992
http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-91263
Este crimen se suma a una cadena terrible de asesinatos que le ha costado la vida a 25 antiguos combatientes del EPL en la región de Urabá en los últimos meses.
En el resto del país la cifra es aterradora. Desde el primero de marzo de 1991, fecha en la cual el EPL se desmovilizó, han sido asesinado a cerca de setenta ex guerrilleros.
Aunque aún no se tiene claridad sobre los autores y motivos de estos atentados, todo parece indicar, según los testimonios recogidos por EL TIEMPO, que los asesinatos en Urabá los ejecuta el grupo disidente del EPL, que comanda Francisco Caraballo, antiguo jefe de la organización, que actualmente está bajo el amparo de la Coordinadora Guerrillera (CG).
Caraballo montó su grupo guerrillero hace cerca de dos meses en Urabá, con el propósito, según se desprende de una asamblea nacional de la disidencia del EPL, de recuperar territorio.
Este periódico entrevistó a personas que dicen están amenazadas por la disidencia, a antiguos combatientes del EPL y a Alfonso Cano, máximo vocero de la CG en los diálogos de México.
Quién está matando a los miembros del EPL en Urabá? La gente de Francisco Caraballo que nos quiere sacar de la región a como dé lugar dijo Antonio Cáceres, ex jefe militar en la región, responsable de la actividad política en la zona. De eso no nos cabe la menor duda.
Gonzalo, el comandante que Caraballo puso en la región, nos ha llamado varias veces y nos amenaza. Yo sé que estoy en peligro. Vamos a ir México a exigirles a los voceros que definan su política y que la Coordinadora también decida si quiere que esos tipos la representen.
Para la totalidad de los líderes políticos de Esperanza, Paz y Libertad entrevistados por este periódico, los hechos no admiten duda. Según dijeron, la disidencia los considera traidores, vendidos y hasta los acusan de paramilitares.
La situación es tan crítica que, hace unos 15 días, la disidencia secuestró a varios ex combatientes con el fin de presionarlos para que les dijeran dónde estaban las armas que habían enterrado.
De inmediato, algunos de los ex guerrilleros, sin ponerlo en conocimiento de sus superiores, ubicaron unas armas y se produjo un verdadero combate en una zona rural de la región. Hubo muertos y heridos de ambos bandos. Carlos Franco, representante del EPL desmovilizado para los asuntos de reinserción, dijo que de mantenerse el problema, los reinsertados se verían presionados a garantizar su vida por sus propios medios.
El Gobierno Nacional aún no ha hecho ningún pronunciamiento oficial al respecto. Se espera para esta semana el resultado de la visita que una comisión gubernamental adelantó el viernes anterior a Urabá.
La situación está planteada. Si bien es cierto que al Gobierno Nacional le corresponde tomar cartas en el asunto porque, entre otras cosas, está en juego su programa de reinserción, se espera también que la mesa de diálogo de México tendrá, por fuerza mayor, que pronunciarse.
La frase de Cáceres sobre el tema es muy elocuente. Debemos ser muy objetivos. No acusamos ni a las FARC ni al ELN de lo que ocurre. Pero sí es necesario que estos dos movimientos aclaren su posición con respecto al EPL porque estos hechos, sin duda, entorpecen el proceso de paz.
Más aún. José Manuel Arias Carrizosa, presidente de la Asociación de Bananeros de Urabá (Augura), dijo: En este caso no podemos señalar ni a los frentes de las FARC ni del ELN que operan en Urabá. El grupo de Caraballo se ha encargado de sembrar el terror. No tienen bandera política. Sólo persiguen fines económicos.
Horacio Serpa, consejero presidencial para la Paz, aseguró el viernes pasado en la Universidad Javeriana de Bogotá que parece que ese grupo (el ala disidente) se encuentra anarquizado y en franco proceso de bandolerismo.
Así las cosas, las conversaciones de Tlaxcala podrían correr el riesgo de deteriorarse aún más.
No podemos quedarnos impasibles ante lo que sucede señaló Alfonso Cano. Cuando logremos tener confirmación sobre lo sucedido, nos tocará pronunciarnos.
Dijo, igualmente, que está esperando la visita de varios voceros de Esperanza, Paz y Libertad a México. Hablé con Aníbal Palacio, senador de la Alianza, y me manifestó una serie de inquietudes. Ojalá puedan venir y conocer más de cerca la situación.