EN UN COLEGIO EMPEZARON ASESINATOS EN PUERTO ASÍS

En un colegio se inició la cadena de muertes que no deja dormir a Puerto Asís. Todo comenzó cuando tres estudiantes y una sicóloga del colegio Alvernia aparecieron muertos en las afueras del municipio.

eltiempo.com
14 de febrero de 1998
http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-836496

El primero en desaparecer fue Johnny Delgado, del grado once. Luego, la sicóloga Luz Marina Posada.

Con el hallazgo del cadáver de Sandra Milena Hurtado, del grado octavo, las cosas cambiaron. En esa ocasión circuló la versión de que su muerte se produjo por ser la novia de un guerrillero.

El domingo pasado, a plena luz del día y ante la mirada atónita de muchas personas, fue asesinado el estudiante Carlos Acosta, de 16 años, hijo del propietario del billar La 25, en donde ocurrió el crimen.

Los asesinos salieron a la calle y dijeron que nadie que intentara escapar lograría su objetivo. Alcanzaron a divisar a una jovencita que huía del lugar y a 35 metros de distancia le dispararon en la cabeza. También murió , cuentan algunos desplazados que llegaron a Pasto huyendo del terror que sufre la región del Bajo Putumayo.

A todas las víctimas se les acusó de ser auxiliadores de la guerrilla o de tener familiares vinculados con el narcotráfico , dicen cuando se les pregunta sobre los asesinatos de las últimas semanas.

Con el incremento de los crímenes circuló la versión sobre la existencia de una lista con los nombres de 250 personas que estaban en la mira de los paras.

Los testimonios recogidos en Pasto de personas que han llegado de esa región dicen que en la lista aparecen los nombres de Luis Emiro Mosquera, que está desaparecido; Gilberto Sánchez, Serafín Merino Rosero, Ramiro Grisales, el ex alcalde Alcibiades Enciso, que fue asesinado en Cali el 30 de enero, y del párroco Harold López, que huyó del municipio, entre otros.

En el Bajo Putumayo todo es confusión y miedo. Por eso unos salimos huyendo hacia territorio nariñense, unos se fueron al Ecuador y otros al Huila , afirman.

En la mayoría de casos, los presuntos paras llegan a las casas de sus víctimas gritando: Somos paramilitares de Colombia y queremos enfrentarnos a la guerrilla, luego llaman a sus víctimas por su nombre y las ajustician.

Un grupo de profesores que se refugió en Pasto asegura que todos los miembros del magisterio están en grave peligro. Todo por no haber servido como jurados en las elecciones del 26 de octubre.

A nosotros, explica uno de ellos, la guerrilla nos declaró objetivo militar si aceptábamos ser jurados. Luego apareció un grupo que se autodenominó Defensores de la Democracia y nos responsabilizó de haber torpedeado el voto por la paz. Eso es falso.

Aunque los desplazados aseguran que de la lista, por lo menos 105 personas ya han sido asesinadas y señalan a paramilitares, el Ejército y la Policía insisten en que no tienen reportes oficiales sobre muertes sistemáticas o sobre masacres y que los crímenes ocurridos no sobrepasan los índices de esa región.

Ayer, el ministro del Interior, Alfonso López Caballero, designó a Carlos Rangel, director de Orden Público del Ministerio, para coordinar el plan de acción que busque el fortalecimiento de la seguridad en el Bajo Putumayo.

Mientras tanto, en México circuló una versión según la que las Farc piden a la comunidad internacional su mediación para exigir al Gobierno que detenga el terrorismo de Estado y acusan al Ejército de matanzas en Puerto Asis.