Hasta ayer no se había presentado en el corregimiento las Changas, jurisdicción de Necoclí (Antioquia), ninguna autoridad judicial para investigar la masacre de ocho campesinos ocurrida la noche del miércoles en la localidad. Ante la situación, el inspector de Policía de las Changas, Jairo Castro, se trasladó la tarde de ayer a Necoclí en busca de la autoridad respectiva para enterarlo de lo sucedido.
eltiempo.com
19 de septiembre de 1992
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Tres de las víctimas Manuel Reynes Torres Flórez, Guido de Jesús Gómez Berrío y Dámaso Villadiego Ortiz fueron sepultadas a las 3 de la tarde de ayer en Las Changas.
Las otras cinco José de los Santos Espitia, su esposa Rosalbina Gónzález, su hijo Manuel Vicente, su sobrino Leiser Espitia Durango y Evaristo Cárdenas fueron trasladados a Planeta Rica (Córdoba), donde fueron inhumados al mediodía.
La Alcaldía de Necoclí donó los ataúdes para sepultar a los tres labriegos que sepultaron en Las Changas.
Un vocero del hospital de Necoclí dijo que los tres sobrevientes de la acción terrorista Luis Alberto Alvarez Madera, Juan Castro Tapias, hermano del inspector, y Nafidl Yepes Gallego se encuentran fuera de peligro.
Algunos campesinos que llegaron hasta esta población dijeron que en un abismo, localizado en el kilómetro 18 de la vía Arboletes-Necoclí, hay un campero UAS quemado. Al parecer, es uno de los tres vehículos que utilizaron los delincuentes para ejecutar la masacre.
Los habitantes de Las Changas dijeron que la masacre no fue selectiva sino indiscriminada. Los veinte hombres que la ejecutaron llegaron a la tienda de abarrotes la Balastrera, preguntando por la guerrilla.
Minutos después sacaron a los presentes en el establecimiento a la calle y los acribillaron.
Antes de abandonar el corregimiento quemaron ocho viviendas y una proveeduría. Los campesinos no se atreven a señalar si los agresores son guerrilleros, paramilitares o cualquier otra forma de delincuencia organizada.
Desde el día de la masacre, Las Changas se encuentra sin el suministro de agua potable porque el fontanero Damaso Villadiego cayó en la masacre. El era el único que sabía manejar la motobomba en el corregimiento. Y donde resulte otra persona tampoco hacemos nada, porque con la muerte de Dámaso también se perdieron las llaves de la planta , afirmó una señora de la localidad.
Los campesinos dijeron que la situación para ellos es compleja porque por el pueblo pasan muchas personas armadas. Nunca se sabe si son guerrilleros, policías o el Ejército, ya que todos tienen el mismo uniforme.
Castro dijo que su oficina sólo había practicado un levantamiento en el último año.