EL VIO COMO LOS MATARON

La noche del miércoles Juan Carlos se sentía cansado y no quizo ir a El Recuerdo una tienda de ventanas de madera ubicada en la vereda Nemgua del municipio de Guachetá Allí acostumbraba a tomar gaseosa o cerveza para distraerse un poco y pasar un rato con sus amigos.

eltiempo.com
17 de octubre de 1998
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Esa noche, prefirió quedarse en su casa y prender la televisión. Esa decisión le salvó la vida ya que horas más tarde, al interior de esa tienda, de propiedad de María Pedraza de Rojas, se produjo una masacre que cegó la vida de siete personas.

Iba a comenzar Paquita Gallego cuando escuché dos disparos. Salí de mi casa y escuché otros tiros y los gritos de los asesinos que decían que tenían toda la zona rodeada y que después de matar a estos hp iban a seguir con los de las otras casas.

Al oír eso me entré porque pensé que yo era el siguiente. Cuando el carro en el que llegaron arrancó, el cual no alcancé a identificar porque estaba muy retirado, salí otra vez y observé que algunas personas estaban tiradas en el piso de la tienda.

Entré y encontré los cadáveres, todos boca abajo y con un tiro en la cabeza. Cuatro estaban agrupados y dos estaban en diferentes posiciones. Uno de ellos se encontraba a un lado de la puerta principal .

Minutos después de haber entrado Juan Carlos encontró a uno de los sobrevivientes, cuyo identidad permanece en reserva y no ha sido revelada por el CTI de la Fiscalía para preservar su seguridad.

El me contó que lo tenían amarrado a un silla, pero como le dispararon desde lejos, no le dieron en la cabeza sino en un brazo. El se hizo el muerto hasta cuando los asesinos se fueron. Luego se escondió en uno de los cuartos de la casa y salió a la calle cuando yo llegué. El vio como mataron al resto porque fue a el último que le dispararon.

Juan Carlos se abstiene de contar otros detalles porque ahora teme que regresen por él, pero antes de terminar su narración, recuerda a Freddy Cañón, de 19 años; Jhon Rojas Pedraza, de 23; Olga Rojas, menor de edad, Luis Runcería, menor de edad, Horozman Laguna, de 34; y a Julio Gómez, de 18; como sus mejores amigos.

Dice que eran muchachos sanos que nunca se metían en problemas y que se la pasaban trabajando en el campo y en la ganadería, siempre en las fincas aledañas a la vereda.

Recuerda además a María Pedraza de Rojas, madre de Jhon y Olga, como una mujer trabajadora que colaboraba con los habitantes de la zona siempre en lo que ella podía . Incluso, le daba comida a Pabita un hombre de avanzada edad que fue abandonado por sus familiares y sufre de problemas auditivos.Era muy alegre

Los habitantes de Guachetá aun no entienden el por qué de este asesinato colectivo

Y tal vez una de la más confundidas es Lilia Runcería, hermana de Luis Runcería, uno de los dos menores de edad que fueron asesinados. Ella, de trece años, dijo que Luis se caracterizaba porque era muy trabajador.

Se levantaba muy temprano a ordeñar las vacas y luego trabajaba todo el día en el campo. Era muy alegre y le gustaba jugar al fútbol y jugar con los niños de la escuela , dice Lilia, mientras atiende a sus cinco hermanos menores antes de que llegue su madre de organizar las exequias de su hermano.

No ponía problemas Otra de los hogares que enlutó esta masacre es el de la familia Cañón. Uno de sus miembros, Freddy, de 19 años, también fue asesinado.

Su hermana Jeimy lo admiraba porque era una persona que nunca le ponía problemas al trabajo de la finca.

El estudió hasta octavo grado y como lo perdió dos veces no quizo seguir en el colegio. Se dedicó a trabajar y a ayudar a mis padres en los oficios de la finca .

Jeimy recuerda que le gustaba mucho la rumba y que iba a menudo a Guachetá a bailar con sus amigos, uno de ellos Julio Gómez, que también murió asesinado el miércoles.

Iba mucho al pueblo porque allí vivía la novia. Nunca lo vi en problemas o relacionado con gente extraña comenta.

Julio Cesar Laguna, padre de otra de las víctimas identificada como Orosmán Laguna, coincide con Jeimy cuando comenta que su hijo nunca hizo amistad con gente desconocida El era muy trabajador y únicamente se dedicada a la agricultura y a vender ganado. Era un muchacho muy sano que nunca se metía en problemas. No entiendo que sucedió

Después de los hechos del miércoles nadie entiende nada, y mientras se rumora que la masacre la ocasionó un grupo guerrillero, uno paramilitar o incluso una guerra entre familias, lo único claro es que los habitantes de Guachetá tendrán que compartir su terruño con un nuevo huésped que llegó para quedarse: el miedo