El Colombiano, Medellín
02feb02
http://www.lafogata.org/02latino/2latinoamerica/latino26.htm
El año 2002 ”comenzó terrible” para los trabajadores en Colombia, a juicio de una directiva de la Escuela Nacional Sindical (ENS), quien denunció que por las primeras informaciones recibidas, apenas en proceso de depuración, son diez sindicalistas asesinados en ese lapso, los últimos dos esta semana en Valledupar, Cesar, y Plato, Magdalena.
La Unión de Trabajadores Estatales de Colombia pidió castigo para los responsables de la muerte de Carmen Helena García Rodríguez y Carlos Miguel Padilla Ruiz, dos víctimas más de la violencia contra los sindicalistas en Colombia que, durante 2001, cobró la vida de 187 trabajadores, de acuerdo con datos preliminares de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) y la ENS.
Hombres armados dispararon contra García Rodríguez y contra su compañero, Wílmer Hinojosa, la noche del martes pasado cuando la mujer salía de cumplir su jornada laboral como enfermera de planta del Hospital Eduardo Arredondo Daza, de Valledupar.
Esta profesional de la salud era, además, secretaria de Organización de la Junta Directiva Municipal del Sindicato de la Salud del Cesar, Sidesc.
Ese mismo día y en circunstancias similares, otro grupo armado mató a Padilla Ruiz, presidente del Sindicato del Hospital Fray Luis de León, de Plato, Magdalena.
”Estos nuevos crímenes enlutan al movimiento sindical; por lo tanto, la Cgtd (Confederación General de Trabajadores Democráticos) exige al Gobierno se realicen las investigaciones pertinentes para dar con el paradero de los responsables materiales e intelectuales; aplicarles las sanciones que establecen nuestras leyes y, así, evitar que estos hechos queden en la impunidad”.
Para la ENS, estos hechos demuestran la difícil situación de los trabajadores sindicalizados en Colombia. Durante 2001, además de los homicidios reseñados, recibieron 187 amenazas de muerte y fueron víctimas de 25 secuestros, 21 atentados y doce desapariciones. Otros 60 tuvieron que salir desplazados para proteger su integridad personal.
El caso de Antioquia fue, en opinión de la Escuela, uno de los más críticos en el país, tanto que durante ese período murieron asesinados más de 35 sindicalistas (la información está en proceso de depuración), y 87 más fueron amenazados, la mayoría de ellos por grupos de autodefensa.