eltiempo.com
21 de agosto de 1997
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Un dragoneante y dos agentes de la Policía adscritos a la Sijín de Medellín fueron destituidos por la Procuraduría General de la Nación, que los vinculó con el asesinato de 9 jóvenes en el sector de Villatina, populoso sector de la comuna nororiental de esa ciudad, hace cinco años.
El dragoneante Omaldo de Jesús Betancour y los agentes Gilberto Ordóñez Muñoz y Milton de Jesús Martínez Mena fueron acusados no sólo de participar en la masacre, que les costó la vida a cuatro menores de edad, entre ellas una niña de 8 años que estaba enyesada, sino que intentaron desviar la investigación.
Según el proceso disciplinario de la Delgada para los Derechos Humanos, presuntamente, el asesinato colectivo obedeció a una retaliación por los crímenes se agentes de la Policía ordenados en esa época por el fallecido capo Pablo Escobar.
Al parecer, el grupo que cometió el múltiple crimen buscaba venganza en la comuna nororiental porque supuestamente de esa zona salían los sicarios pagados por el cartel de Medellín, revela la investigación.
Tras cinco años de pesquisas, la Procuraduría vinculó a la investigación a los tres miembros de la Policía luego de corroborar que al menos uno de ellos fue reconocido por los testigos como uno de los autores materiales de la matanza.
La masacre de Villatina ocurrió hacia las 9 de la noche del 15 de noviembre de 1992, cuando los sicarios, que se movilizaban en tres vehículos, asesinaron a sangre fría a nueve personas, entre ellas a cuatro menores de 7, 8, 15 y 16 años, a los que obligaron a tenderse boca abajo y luego les dispararon ráfagas de fusiles Galil.
Los muchachos estaban a la salida de un café en la calle 54 con carrera 17 de Villatina. Todos hacían parte de un grupo juvenil de la iglesia Nuestra Señora de Torcoroma.
Los otros cargos contra los policías se sustentaron en los testimonios, interrogatorios y pruebas que los agentes obtuvieron irregularmente de las madres de las víctimas para establecer si habían identificado a los homicidas y el tipo de armas que portaban.
Las pruebas recogidas por los implicados nueve días después de la matanza nunca aparecieron y por ello la Procuraduría acusó a Betancour, Ordóñez y Martínez de intentar desviar la investigación.
Cuando la Procuraduría localizó a Wilson de Jesús Holguín, un informante de la Sijín de Medellín que al parecer tenía informes acerca de los autores de la masacre de Villatina, éste fue asesinado en Palmira (Valle) y por ello a los autores materiales nunca se les pudo identificar.
El fallo de la Procuraduría es de primera instancia y los inculpados pueden apelar de la decisión.