CUANDO PRETENDEN ARREBATARNOS HASTA EL ÚLTIMO DE NOSOTROS…

Actualidad Colombiana 256
Febrero 1999

La tragedia de Armenia que tan hondamente ha afectado a Colombia pareció no hacerlo a los paramilitares. Aprovechando que la atención internacional se centraba en la ayuda de emergencia al terremoto, decidieron poner en marcha un nuevo plan de aniquilamiento. Esta vez, contra defensores de derechos humanos y sus organizaciones, con el pretexto de querer “resolver de una vez por todas” el conflicto, como si los defensores fueran combatientes o estuvieran involucrados en la guerra.

Así, hicieron un seguimiento al parecer a nuestros compañeros Everardo de Jesús Puerta (“Chucho”) y Julio Ernesto González, cuando se disponían a viajar entre Medellín y Bogotá. Ellos, preocupados más por las limitaciones económicas de su organización, la más antigua de todas, la Fundación Comité de Solidaridad con los Presos Políticos (FCSPP), hicieron caso omiso del dinero que había pedido prestado la esposa de Julio para viajar en avión. Y hallaron la muerte en la región de mayor control paramilitar: el Magdalena Medio.

JULIO ERNESTO GONZÁLEZ era tolimense. Había nacido en 1958 en Ibagué. Con sus dos hijas y su hijo, formó un hogar alrededor de sus búsquedas políticas. Como Chucho, las urgencias de trabajar y ayudar al sustento familiar no le permitieron estudiar sino hasta tercero de bachillerato. A finales de la década del 80 se vinculó a la Unión Patriótica cuando vivía en Bogotá. Luego regresó a su tierra natal, donde trabajó como panadero y como obrero del departamento en la Secretaría de Obras Públicas. Pero sus inquietudes por la causa de los derechos de los pobres seguían vivas. Por ello se vinculó a las causas obreras, a través del Sindicato de Trabajadores Departamentales del Tolima. Entre 1991 y 1995 decidió trabajar apoyando la FCSPP. Hizo un breve receso hasta comienzos del 96 para trabajar en un proyecto de vivienda popular de su ciudad. En mayo de ese año, se reintegró a la Fundación, aceptando el cargo de Coordinador de la seccional de Medellín. Su entusiasmo en el trabajo, su perseverancia y facilidad para llegar a los detenidos, atender disturbios carcelarios, injusticias, traslados y demás necesidades de los presos, hacen que Julio Ernesto sea recordado “por su ecuanimidad, fraternidad y porque tenía la capacidad de convocarnos alrededor de alguna idea”.

CHUCHO, de 43 años, había nacido en Amagá, pueblo minero de Antioquia, donde aprendió el oficio y estudió su escuela primaria. Luego, viajó a Medellín, donde se buscó la vida como obrero y empleado humilde. Su trabajo con los pobres de la comuna noroccidental de Medellín, lo llevó a conocer los problemas de derechos humanos, particularmente de los centenares de presos políticos de la década del 80 y decidió vincularse a la FCSPP. Como recuerdan sus compañeros/as “inició ese proceso visitando en las cárceles a los detenidos políticos; su labor se centraba en la recolección de elementos de aseo, libros y el intercambio de ideas y opiniones con los detenidos acerca de la situación del país. A su vez, visitaba los sindicatos y las comunidades para informar y generar solidaridad con estos detenidos”.

A partir de 1986, su vinculación como funcionario de la FCSPP se hizo realidad. “Chucho fue un autodidacta de los derechos humanos. Aprendió su labor asistiendo a los talleres, charlas y conferencias. (…)Tenía una especial afición por la fotografía a la que le dedicaba esfuerzos en sus ratos libres”. Desde 1995 fue trasladado a coordinar la seccional en Cali. Alternaba su trabajo en el Valle del Cauca con las visitas a Gloria, su esposa, quien le acababa de alegrar la vida con una hija, que completaría la pareja con Camilo. “En este último período de su vida, decidió culminar sus estudios de bachillerato, al que sólo había podido –en su juventud– llegar a cuarto año. El interés por los temas jurídicos y la preocupación por su superación personal, lo llevaron a considerar la posibilidad de estudiar la carrera de derecho, para así continuar contribuyendo a su tarea de defensor de derechos humanos, decisión que se materializaría en el transcurso de este año” en que lo sorprendió la muerte.