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Itinerario de los victimarios según estructura militar: Batallón de infantería No. 40 “General Luciano D’ElHuyar”
Itinerario
Para 1977 Rogelio Correa Campos tenía el grado de Capitán. En 1979 se desempeñaba como instructor del Batallón de Policía Militar No. 1 “General Tomás Cipriano de Mosquera”. Este mismo año fue condecorado con la medalla de Servicios Distinguidos en Orden Público por segunda vez.
En 1981 por el decreto 3338 de 1981 fue ascendido al grado de Mayor. Dos años mas tarde le sería concedida la Orden al Mérito Militar “Antonio Nariño”, por decreto 2152 de 1983.
En 1986, mediante el decreto 3527 de 1986, el Oficial Correa Campos asumiría el grado de Teniente Coronel. Al año de su ascenso y hasta su fallecimiento en 1988, estaría como comandante del Batallón de Infantería No. 40 “General Luciano D’Elhuyar”.
El 16 de agosto de 1987, hacia las 3:45 a.m., el abogado y Alcalde de Sabana de Torres por la Unión Patriótica Álvaro Garcés Parra, de 34 años; el agente de policía John Jairo Loaiza Paova, quien le servía como escolta al Alcalde; el militante de la Unión Patriótica Carlos Gamboa Rodríguez, de 28 años, quien se desempeñaba como escolta del Concejal de Lebrija por la Unión Patriótica, Jaime Castrillón, y el ama de casa Elida Rocío Anaya Duarte, de 24 años, fueron asesinados durante un operativo conjunto entre miembros del Ejército, la policía y paramilitares en Sabana de Torres.
Las investigaciones adelantadas por la justicia ordinaria y la Procuraduría permitieron establecer la participación en la planeación y realización del operativo de varios miembros del ejército, entre ellos, el Teniente Coronel Correa Campos, quien ayudo a esconderse en las instalaciones del batallón Luciano D’Elhuyar a uno de los sicarios que atentó contra la vida de Álvaro Garcés Parra.
El 20 de octubre de 1988 a las 7:30 p.m., el militante de la Unión Patriótica (UP) Horacio Flórez Silva, fue desaparecido por cuatro hombres armados que llegaron a su casa ubicada en el barrio La Igualdad en Bogotá. Horacio había llegado a Bogotá hacía aproximadamente un año huyendo de las amenazas de muerte hechas por el Oficial Correa Campos en San Vicente de Chucurí, lugar donde desarrollaba su actividad política.
El 29 de mayo de 1988, los campesinos Arnulfo Ramírez Izaquita, Nelson Otero Martínez, Alfredo Ríos Barrios, Luis Enrique Sánchez Millán, Luis José Archila Plata, José Joaquín Zambrano Molina, Pablo Manuel Hernández Rodríguez, Esperanza Herrera Villa, José Natividad Velandia Prada, Raúl Antonio Gómez Chaparro, José Méndez, Wilson Botero y Clemente Quiroga fueron asesinados y aproximadamente 38 Campesinos más fueron asesinados y sus cuerpos desaparecidos y otros 50 heridos por 240 militares al mando del Teniente Coronel Rogelio Correa Campo adscritos al Batallón Luciano D’Elhuyar en la vereda Llana Caliente del municipio San Vicente de Chucurí.
En estos hechos perdería la vida el Oficial Correa Campos, muerto por un paramilitar que le servía como escolta llamado Luis Uribe Suárez, alias “Comandante Camilo”, porque aquel había asesinado al soldado Luis Suárez Acevedo quien se negó a obedecer la orden de disparar contra los campesinos marchantes, ante lo cual el paramilitar, profundamente ofendido por ese acto, le disparó. La muerte del Oficial desencadenaría la masacre. Además, poco tiempo después en la región del Magdalena Medio, comenzaría a operar un grupo paramilitar denominado “Comando Operativo No. 15 Coronel Correa Campos”.
Por último, mediante el decreto 1448 de 1988, le sería otorgado el ascenso póstumo al grado de Coronel.
ANALISIS DE IMPUNIDAD
La única investigación que se surtió contra el Oficial Rogelio Correa Campos fue la averiguación disciplinaria No. 22-71283 por los sucesos de Llana Caliente, la cual se archivo el 4 de agosto de 1989 por la muerte del endilgado.
Por los demás hechos en que tuvo responsabilidad no fue vinculado penal ni disciplinariamente a investigación alguna.