COLOMBIA: Adela ACEVEDO LOMBANA

Temor de tortura / ”Desaparición”

Amnistía Internacional
EXTERNO (Para distribución general) Índice AI: AMR 23/16/92/s
AU 121/9210 de abril de 1992 Distr: AU/SC
http://www.amnesty.org/en/library/asset/AMR23/016/1992/en/d3ae44d2-edc0-11dd-a95b-fd9a617f028f/amr230161992es.html

Amnistía Internacional siente preocupación por la seguridad de Adela Acevedo Lombana, a la que no se ha vuelto a ver desde su presunta detención por oficiales de inteligencia del ejército colombiano, el 5 de abril de 1992, cerca de la ciudad de Paipa, departamento de Boyacá.

Según los informes, Adela Acevedo viajaba en un autobus interceptado por dos oficiales de inteligencia del Batallón ”Silvia Plazas”. Testigos presenciales afirman que los oficiales la obligaron a bajar del autobús, declarando, según informes, que venían a por ”la hijueputa guerrillera”; también afirman que fue maltratada antes de obligarla a subir a un taxi que aguardaba. Los pasajeros del autobús han afirmado que vieron cómo llevaban a Adela Acevedo a la base militar del Batallón ”Silvia Plaza”.

Su detención fue denunciada ante el Personero Municipal de la cercana localidad de Duitama, quien acudió al comandante del batallón para pedir información sobre dicha detención. Al parecer, el comandante negó que Adela Acevedo se encontrara recluida en su batallón, y las autoridades militares siguen negando su detención. Se desconoce el paradero de esta mujer, y existe honda preocupación por su seguridad.

INFORMACIÓN GENERAL

En septiembre de 1991, la oficina del Procurador General emitió un informe oficial en el que se afirmaba que en los últimos dos años se habían presentado más de 2.300 denuncias contra el ejército y la policía por violaciones de derechos humanos. El presidente César Gaviria Trujillo, en la presentación del informe, declaraba:

No puede el Gobierno desconocer la gravedad de las acusaciones que se hacen en forma reiterada y masiva contra sus agentes, ni ignorar hasta qué punto reina la impunidad por violación de derechos humanos.

Sin embargo, a pesar del compromiso del gobierno para hacer respetar los derechos humanos, miembros de las fuerzas armadas colombianas han seguido cometiendo graves abusos, como la tortura, la ejecución extrajudicial y las ”desapariciones”, con virtual impunidad.