CARLOS MARIO OSPINA VÉLEZ, NO LE NEGABA COMIDA A NADIE…

Testimonio de Carlos Ospina Vélez, hermano del docente asesinado Carlos Mario Ospina Vélez.

TIRÁNDOLE LIBROS A LAS BALAS
Memoria de la violencia antisindical contra los educadores de Adida, 1978-2008
Investigación realizada por la Escuela Nacional Sindical (ENS) y la Asociación de Institutores de Antioquia (ADIDA)
Medellín, 2011

Nosotros éramos 10 hermanos: 4 mujeres y 6 hombres, nacidos y criados todos en Santa Bárbara, Antioquia. Ahora somos 9, ya que trágicamente faltó Mario, asesinado por los paramilitares el 27 de marzo del 2001, en el corregimiento Damasco de este mismo municipio, donde se desempeñaba como docente y director de la Escuela Rural La Umbría. Como maestro Mario era un tipo muy querido en la comunidad, que no le negaba comida a nadie. Me refiero a los niños. Había pelados que no estaban inscritos en los restaurantes escolares y él sacaba de la suya y había comida para todos los que estuvieran ahí. Era una gran persona y un gran hijo, además muy buen padre, totalmente humilde, bastante católico, un líder en la comunidad donde laboraba.

Mario era muy impulsador de los hijos, les inculcaba siempre los valores. Gracias a Dios los pelados ya son profesionales debido al trato que él les daba, me imagino yo. No cayeron nunca en los vicios. Mario fue una persona golpeada por la violencia injusta, porque a raíz de su muerte se hicieron comentarios malucos, dizque lo mataron porque violó una muchacha, lo que es totalmente falso, porque si hubiera sido así hacía tiempo lo hubieran sacado de la vereda. Además no fue solamente a él lo mataron. La gente que se metió aquí fueron los paramilitares, y eso fue en todo el país. Por aquí mataron a mucha gente de esa manera, inventándole cosas para matarlo. Solo pienso que hay gente que es muy ignorante porque cogen y te golpean a vos sin justa razón, son digámoslo así gente salvaje.

…lo que se dice fue que él había violado la pelada. Yo pienso que como en eso se manejaba tanta cosa, quién sabe qué pasaba con él, necesitaban salir de él. Pero aquí nunca se comprobó que ese muchacho violó esa pelada…El negocio era muy fácil: usted quería salir de una persona entonces la señalaba con esa gente. Qué pena decirlo hermano, pero eran unos atarvanes, sin averiguar nada iban matando. Aquí hubo mucho muerto así, los señalaban para salirse de la gente…1

Mario dejó dos hijos varones, de 24 y 22 años. Cuando a mi hermano lo mataron, ellos inmediatamente se fueron para la ciudad. Para mi concepto hubo un desplazamiento. Incluso nosotros también teníamos miedo porque no sabíamos esta gente por qué lo mató, entonces se creaba la duda dentro de uno: con qué ojos lo mirarán a uno. Igual ellos tienen que saber quiénes son las familias, quién soy yo.

Frente a su muerte hubo rumores. Igual no investigamos más a fondo porque en esa época esto estaba muy caliente, había mucha violencia y le temíamos a esa gente. Los paramilitares llegaron en el año 2000, se asentaron aquí como dos años más o menos, hasta el 2002. Todo el mundo lleno de miedo, tipo 8 de la noche no encontraba a nadie en la calle. Así no haya una ley, hay el temor. El comercio era totalmente acabado.

Mario estaba esperando ya su jubilación. Me imagino que si él estuviera vivo estarían todos ellos en la ciudad, porque ellos compraron vivienda en Medellín. Estaría disfrutando de su pensión o trabajando en algún colegio. Eso era lo que le gustaba, la docencia, la educación.

Mario me enseñó a salir siempre adelante. Él primero trabajaba la tierra y se inclinó finalmente por la educación. Nuestros padres siempre nos enseñaron que uno tiene que ser gente de bien y siempre el trabajo. Yo trabajo desde la edad de 12 años y nunca he dejado de trabajar. Así era mi hermano, nos dejó un legado grande.

1. Testimonio de Jesús María Giraldo, docente que ha hecho parte de la subdirectiva de Adida en Santa Bárbara Antioquia.