ASESINADO CON TORTURA ESTUDIANTE DE PERIODISMO

El joven estudiante de periodismo en la Universidad de Antioquia, José Ignacio Londoño Uribe, fue asesinado la madrugada de ayer de múltiples heridas con machete e impactos de bala, después de ser sometido a una impresionante crueldad y tortura por parte de sus victimarios.

El Mundo
Agosto 1987

Londoño Uribe, de 29 años de edad, estaba a punto de graduarse como comunicador social- periodista y por sus inquietudes y dotes de organizador de eventos se hizo conocido en algunos medios periodísticos de la ciudad. Su cadáver, en estado de verdadero descuartizamiento, fue encontrado la madrugada de ayer en la calle 38 con Ja carrera 109, parte alta del sector tugurial del 20 de Julio, al extremo occidental de la ciudad. Su cuerpo presentaba múltiples lesiones de machete, varios impactos de bala, golpes en la cabeza con arma contundente, amputación de la mano derecha y de un dedo de la mano izquierda.

Las autoridades que diligenciaron el levantamiento del cadáver ayer a las 9 de la mañana, dijeron que fue una muerte atroz y escabrosa, cometida con mucha crueldad y sevicia. Las primeras investigaciones sobre este macabro homicidio están a cargo del Juez 78 de Instrucción Criminal.

PREOCUPACION EN LA U. DEA.

Este crimen complica la situación de tensión, rabia y desconcierto que se vive en la Universidad de Antioquia, pues en las últimas dos semanas han sido también asesinados de una manera “misteriosa’’ otros dos estudiantes de ese centro superior.

Una pregunta que flota y pesa en el ambiente de la Universidad de Antioquia, tiene que ver con la naturaleza de estos crímenes: si son casos aislados, si están relacionados entre sí, si tienen motivaciones políticas o son hechos d venganzas personales no diferentes a los tantos que a diario hay en la ciudad. Sobre estos interrogantes las autoridades de policía no han reportado ningún esclarecimiento y en esa misma medida la tensión y la reacción aumenta entre la población universitaria, pues se sospecha que por lo menos uno de los casos está asociado con hechos políticos.

Hace 15 días la víctima fue el estudiante de la Facultad de Veterinaria y Zootecnia, José Abad Sánchez y a principios de la semana pasada la víctima fue John Jairo Villa, de la Facultad de Derecho. De éste las autoridades dijeron que tenía algunos antecedentes de tipo delictivo.

Como se indicó, estos crímenes, que no se aclaran y que en esa misma medida crean más zozobra entre la comunidad universitaria, ha generado preocupación entre sus diferentes estamentos. Sí las dos primeras muertes motivaron pronunciamientos de diversa índole y una manifestación por las calles, se teme que este nuevo crimen complicará más la situación en el Alma Mater.

A mediados de la semana pasada; cuando se conoció la muerte del estudiante de la Facultad de Derecho, estudiantes y profesores de la Universidad de Antioquia protagonizaron una nutrida marcha por las calles del centro de Medellín, en agitación y protesta por la ola criminal.

LOS ANTECEDENTES DEL CRIMEN

Según comentaron compañeros de estudio de José Ignacio Londoño Uribe, que estuvieron con él el viernes en una reunión social en casa de una profesora de la Universidad, éste se mostró ese día deprimido y muy aburrido, pero no manifestó nada por fuera de lo rutinario en sus conversaciones.

Esa reunión social se prolongó y ese viernes José Ignacio no durmió en su residencia. Hacia el medio día del sábado acudió a casa de un compañero con quien efectuaba un trabajo de prácticas universitarias y se comunicó telefónicamente con su casa para anunciar que volverla en la tarde. Su familia reside en la calle 38 A con la carrera 106, parte alta del barrio San Javier.

Efectivamente regresó a las 4 de la tarde a su casa y allí permaneció hasta las 9 y 30 de la noche, hora en que salió con un vecino y su novia, muy amigos suyos, con quienes estuvo hasta las 2 de la madrugada. Se les vio comiendo en el restaurante Kokorico de la carrera 80.

Una de sus hermanas, Marina, precisamente la que le costeó la mayor parte de su carrera universitaria, pues se trataba de una familia de bajos recursos, comentó que una vez José Ignacio se despidió de la pareja de vecinos, no entró a la casa. Dijo que se iba a subir ‘‘allá arriba”, es decir, a la parte alta del barrio, donde había gente y se desarrollaba un baile.

Sin embargo tampoco se le vio en el baile. Un sobrino suyo lo vio a las 3 de la madrugada parado y solo en una esquina. Además estaba sobrio, sin muestras evidentes de embriaguez.

Lo que ocurrió de ahí en adelante es lo que se tiene que aclarar. Versiones de los vecinos del barrio 20 de Julio, 8 cuadras arriba de su residencia, donde fue encontrado el cadáver, dan cuenta de haber visto a tres hombres que lo conducían a la fuerza y que José Ignacio pedía ayuda a gritos. Otros vecinos afirman que trataron de ayudarlo al oir su voz de ayuda, pero los desconocidos los devolvieron a bala.

ESTUDIANTE “PILOSO”

La personalidad de José Ignacio es otro factor que dificulta la asociación de este crimen con un posible móvil. Pues, si bien era una persona de esas que en la universidad llaman “pilosas” por su entusiasmo y voluntad en las actividades, la mismo en los oficios relacionados con el periodismo que desempeño fuera de la Universidad, no tuvo una figuración en actividades o grupos de carácter político que hagan pensar en esa como la posible le causa.

Tampoco se trataba de una persona con vicios indeseables ni oscuras relaciones en medios delictivos, pues su vida y sus actividades sus compañeros siempre las vieron transparentes. Marina, su hermana, sostiene que no tenía enemigos mortales declarados, ni estaba amenazado; por el contrario, se movía tranquilo por todas partes.

Como exigencia académica, se encontraba desarrollando su última práctica como comunicador de la Vicedecanatura de Ciencias Sociales de la Universidad. Había trabajado en lo mismo en Comfama; colaboró con periódicos y periodistas de la ciudad y gozaba de la estimación de profesores y estudiantes en su Facultad.

Es por todo lo anterior que el execrable crimen causó conmoción en el departamento de Comunicación Social, aparte de lo que ello significa dentro del clima de inconformidad que reina en toda la Universidad, pues se trata de un eslabón más en la cadena de crímenes.

El sepelio de José Ignacio se tiene previsto para hoy lunes a las 4 de la tarde en el cementerio del barrio La América, indicaron sus familiares.