CINEP Y JUSTICIA Y PAZ
Noche y Niebla N°2
El 4 de diciembre de 1996, a menos de 50 mts. del templo parroquial y cuando se dirigía a celebrar una misa en un sector popular fue ejecutado, de 17 impactos de arma 9 mm., por paramilitares. En el hecho también resultó muerto Luis Andelfo Peláez, feligrés de la parroquia y quien acompañaba al sacerdote.
Nacido en Antioquia en 1962, fue uno de los egresados de la primera promoción del Seminario Mayor de Cúcuta. Comenzó como Vicario en la Catedral de San José y en 1993 fue llamado a dirigir la parroquia del Divino Niño en la Inspección Lomitas; hacía parte del equipo diocesano de animación pastoral y era el actual director de la Pastoral Social de la Diócesis de Cúcuta.
Su desempeño sacerdotal se caracterizó por su entrega a las comunidades de bajos recursos, los indigentes y los líderes populares a quienes siempre defendió. Tenía un profundo compromiso con los derechos humanos y la paz. De hecho se había convertido en el alma de la Mesa de Trabajo por la Paz de Cúcuta. Su ejercicio pastoral también le permitió ser asesor de la Unión da Trabajadores de Norte de Santander (Utranorte) y de otros sindicatos de Cúcuta.
Su convicción de la necesidad dé reconciliación hizo que sus homilías y sus columnas en el periódico local La Verdad en contra de los violentos y en favor de la paz fueran reconocidas como un aporte a la tolerancia y el respeto por el otro.
El padre Álvaro murió consciente de los riesgos y amenazas que se ceñían en su contra y convencido de que” Respetar la vida, vale la pena”, lema de la campaña que en favor de los derechos humanos adelantaba, podría persuadir a sus asesinos de respetar su compromiso pastoral y social en favor de la paz.