eltiempo.com
11 de octubre de 1996
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El fallo del Tribunal Contencioso Administrativo de Cundinamarca que condena a la Nación a pagar más de 185 millones de pesos a la familia del abogado sogamoseño Alirio de Jesús Pedraza Becerra, detenido por miembros de la Policía Judicial hace seis años, no deja satisfecha a la madre del profesional desaparecido porque -expresó- la vida de mi hijo no tiene precio. No puedo aceptar que le pongan precio, porque él valía mucho, tanto que no tiene precio .
A Doña Paulina Becerra viuda de Pedraza lo único que le interesa es que la justicia y quienes se llevaron al menor de sus cuatro hijos entreguen su cadáver o le digan dónde lo enterraron. La plata no es mi ansiedad, haga Dios su santa voluntad. Ojalá hubieran salvado a mi hijo, porque era un hijo bueno, como él no hay otro en la vida. No ambiciono la plata , dijo una y otra vez a Boyacá 7 días.
Dice que si de esa plata le toca algo, ella la destinará a pagar misas por el alma de su hijo y ayudar a los pobres, pues -recuerda- Alirio era de los que se quitaba la camisa para dársela a los necesitados.
Al preguntarle si cree que volverá a ver a su hijo o ese fallo del Tribunal Administrativo de Cundinamarca confirma su desaparición definitiva, doña Paulina anota: Solamente mi dios sabe dónde está. Hace seis años tres meses mataron el cuerpo, pero el espíritu de mi hijo está con Dios. A mi me duele mucho porque no sé dónde lo botaron. Por qué no entregan su cadáver?. Han debido entregarlo vivo o muerto, como lo hacen los guerrilleros con los que secuestran .
La mamá del desaparecido Capi Pedraza, como cariñosamente lo llamaban sus amigos, comenta que cuando hay matanza de soldados llora, siente el dolor de las madres, lloro por la muerte de tanto inocente y agrega: me duelen los fracasos del gobierno porque todos somos seres humanos .
Qué Dios los perdone La decisión del Tribunal Administrativo de Cundinamarca, que halló responsable a la Nación de la desaparición del abogado Pedraza Becerra, no pone fin a ese doloroso episodio, dijo doña Paulina: Ese caso sólo terminará para mi cuando yo muera. Espero que Dios, luego de que yo muera, me tenga un rinconcito en la vida eterna donde encontrarme con mi hijo .
Más adelante dijo que ya ha perdonado a quienes desaparecieron a Alirio de Jesús, ya los perdonó y sólo les pide que le informen qué hicieron su cuerpo y ratificó su ánimo perdonador diciendo: que Dios los perdone a ellos, que les perdone ese monstruoso crimen con mi hijo. Si nuestro Señor perdonó desde la cruz por qué no hacerlo nosotros con todos los que cometen errores? .
Finalmente, doña Paulina encuentra que la justicia colombiana sigue cojeando: no ha hecho nada, no ha investigado. Yo confío en la justicia de Dios que es la verdadera .
Desaparecido Hace seis años, el miércoles 4 de julio de 1989, a las 9:30 de la noche, el abogado sogamoseño Alirio de Jesús Pedraza Becerra, en la capital del país donde tenía fijada su residencia, se bajó de una buseta de servicio público en la calle 53 con Avenida Boyacá para tomar otra que lo transportara al Bulevar Niza y de allí dirigirse a Suba, sitio de casa de habitación, y donde lo esperaban su esposa Virginia y su pequeño hijo Oscar Humberto. Se recuerda que, entonces, el profesional de 40 años vestía ese día chaqueta de cuero color miel y portaba un maletín ejecutivo nuevo, color vino tinto.
Pedraza Becerra estaba vinculado desde 1984 al Comité de Solidaridad con los Presos Políticos y llevaba la defensa de varios presos políticos. En 1969 había ganado un concurso de oratoria organizado por el Club Juvenil de la Cámara Junior de Sogamoso.