A las 12 del mediodía del sábado, cuando Ubaldo Montero se preparaba para asistir a una de las fiestas que se celebraban en Playón Orozco con motivo de los doce bautizos colectivos que realizó esa mañana el sacerdote Giovanny Sanjuán, cuatro camionetas Toyotas pasaron a toda velocidad por el frente de su casa.
eltiempo.com
11 de enero de 1999
Autor Por ROBERTO LLANOS RODADO
http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-872899
En medio de la polvareda que levantaron supuso que podría ser una patrulla del Ejército en vigilancia rutinaria.
El pueblo estaba en una especia de fiesta colectiva, no sólo por los bautizos, sino porque era la primera visita del año del sacerdote Sanjuán, quien cada dos meses llega allí para celebrarles una misa y recordarles el evangelio.
El acto litúrgico se cumplió a las 11 de la mañana y contó con la asistencia masiva de los pobladores, quienes para la ocasión se vistieron con sus mejores ropas recién compradas en Navidad y año nuevo.
De pronto la música vallenata que salía de todas las esquinas dejó de sonar, y seguido al silencio comenzaron a oírse voces y gritos, recuerda el campesino Montero.
Me asomé a la puerta y vi a hombres extraños, armados con fusiles, que le gritaban a todo el mundo que saliera, que había una reunión urgente con todos los habitantes en la capilla , señala.
Nos arriaban como ganado y pateaban las puertas de las casas que estaban cerradas , dijo por su parte Luz Marina Moreno, una profesora de Pivijay, que se encontraba de visita en Playón Orozco, un caserío de tres calles, 430 habitantes y perdido en el centro del departamento del Magdalena.
Los hombres armados lograron congregar a unas 300 personas en la plaza del poblado. Toda la población estaba allí, los que no estuvieron eran porque no estaban en el pueblo, sino en el monte, en sus parcelas, dice Carmen Polo mientras se enjuga una lagrima.
A los hombres los colocaron a un lado y a las mujeres y niños en el otro. A los hombres les quitaron las camisas y sacaron una lista, pero sólo llamaron a tres personas: Ramón García, a la promotora de salud, Carmen Rudas, y a un tal Moisés De la Cruz, a quien nadie conoce aquí.
Ramón y Carmen dieron un paso adelante y los ubicaron aparte. Después empezaron a pedirles cédulas a los hombres. Una mujer, alta, mona, con apariencia del interior del país, que aparentemente lideraba el grupo, dio la orden que dejaran las cédulas y el grupo comenzó entonces a seleccionar a dedo a quien le daba la gana , agregó Moreno.
A veces decían, tú, el cabelloncito; o ese, el de la camisa roja. En todo caso seleccionaban a los más jóvenes y a los que mejores estaban vestidos , añadió José González otro habitante de la población que no se explica cómo no lo señalaron a él.
Cuando reunieron a 30 personas, obligaron a las restantes a que ingresaran a la capilla.
A los 30 los dividieron en cuatro grupos y se los llevaron a las afueras del pueblo. Desde la iglesia sólo escuchábamos las ráfagas y los gritos de la gente cuando recibían los balazos, dijo entre sollozos Duvis Arévalo, a quien le mataron al papá, al esposo y a un hermano.
Mientras cometían la masacre otros individuos del grupo quemaron unas 15 viviendas de la población. Dos de estas contiguas a la capilla, y el humo estuvo a punto de asfixiar a más de uno dentro del templo religioso, dijeron los testigos.
Según la profesora Luz Marina Moreno, el grupo armado no se identificó, pero cuando reunió a la gente en la plaza preguntaron que cuándo había pasado la guerrilla por allí.
Un señor les dijo que la última vez fue a principios del año pasado, pero un tipo le gritó mentiroso, todos ustedes son apoyadores de la guerrilla , dijo también la profesora.
Priscila Barrios, a quien le mataron a sus hijos Eduardo y Luis Bocanegra, se preguntaba Ajá y por qué los mataron?, si aquí vivíamos tranquilos sin hacerle daño a nadie. Mis muchachos y todos los que murieron son gente buena .
La presencia de los asesinos en la población fue de una hora aproximadamente calcularon los sobrevivientes. De la capilla la gente salió cuando se dejaron de escuchar las ráfagas y los lamentos de las víctimas. Aseguraron también que las residencias fueron saqueadas La matanza logró conocerse porque el sacerdote Giovanny Sanjuán salió a pie hasta Pivijay, a donde llegó a las cinco de la tarde e informó a la Policía. Sin embargo, la Policía y el Ejército sólo hicieron presencia en Playón Orozco a las 10 y 10 de la mañana de ayer.
El ayudante del padre Sanjuán, un joven de apellido Ospino está entre las víctimas. El vehículo del religioso fue pinchado a tiros de AK-47.
Ayer los llantos y las lamentaciones se escuchaban ayer por todos los rincones de la población. El éxodo no se hizo esperar, los habitantes que quedaron en la población salían en grupos numerosos para Pivijay.
A Playón Orozco llegó en helicóptero el comandante de la Segunda Brigada, el general Fredy Padilla León, quien le garantizó a la comunidad que investigará y perseguirá a los autores de este crimen que no pueden quedar impune .
Los sobrevivientes de la matanza coincidieron en que todas las personas asesinadas son gente honrada, reconocidas en la comunidad y dedicadas a la labranza.
Hace un año un grupo paramilitar estuvo aquí y mató a Fidel Fonseca, un forastero que instaló un consultorio homeopático, pero desde entonces nunca habíamos recibido amenazas , dijo también Priscila Barrios.
Lista de vctimas José Antonio Arévalo, 50 años; Idal Arévalo, 20; Ramón García, Hansel Rafael Rodríguez Carpio, 24; Alvaro De la Cruz, Julio César Mozo, Diomedes Barrios, Luis José Bocanegra, Eduardo Bocanegra, Andrés Polo Villa, Orlando Polo Villa, Edgardo De la Hoz Pabón, Luis Alberto De la Hoz Pabón, Lascario De la Hoz, Humberto Romo, José Agustín Palafín, Carmen Rudas, 39 años; Jorge Calvo, Néstor García, Julio Pabón, Angel Cantillo, Jaime Alberto Rojano Villa, Luis Alberto Camacho, Humberto Cervantes, Manuel Antonio Villa, Andrés Salas Villa, Julio Miranda, Juan Villa, Neftalí N.N y el sacristán del sacerdote Giovanny Sanjuán, al que sólo se le conoce el apellido Ospino.
Las casas incendiadas pertenecen a las siguientes personas: Julio Miranda, Alberto Villa, Carmen Mozo, Anibeth Carpio, Luis Mozo Segrera, Leandro Rodríguez Barrios, Juana Camargo, María Quiroz, Luisa González, Atilsa Rodríguez Camargo, Bertina De la Cruz y Rodrigo Barrios.
